CIENCIA DE LA MOTIVACIÓN

La velocidad del cambio hace que cada día sea un desafío, especialmente cuando se trata de las personas, sus mentes, pensamientos y comportamientos sociales y profesionales. Vivimos en una era de innovación constante, con necesidades cada vez más complejas y plazos y costos más ajustados. Para el éxito de cualquier negocio, es crucial fortalecer a las personas, ya que son ellas las que desarrollan ideas, asignan valores, venden productos, crean relaciones y generan rentabilidad. Invertir, respetar y, sobre todo, saber cómo motivar a tus empleados proporcionándoles herramientas adaptadas a necesidades reales se convierte en el camino más cercano y efectivo. El conocimiento fomenta la mejora de las mejores prácticas en la gestión, maximizando los resultados de tus productos y servicios.

Sin embargo, aún hoy, muchas personas y empresas se resisten y no se adaptan a una nueva realidad. Es común que las personas sean evaluadas según números, números que determinan erróneamente cuánto vale la vida, como metas, resultados, objetivos, porcentajes, entre otros, utilizados como evidencia de lo que vivimos y cómo vivimos. Las personas y las empresas se están volviendo viejas a edades cada vez más tempranas, y lo más peligroso para definir el futuro es aceptar el envejecimiento de ideas, prácticas y modelos. Dejan que lo obvio domine y se encarcelan en él, debido a la falta de audacia para hacer las cosas de manera diferente, buscar nuevos conocimientos y construir su propia historia a partir de los verdaderos motivos necesarios.

Del mismo modo, en el mundo empresarial, se ha vuelto evidente la necesidad de una redefinición de propósitos y valores, dando inicio a un cambio social en el capitalismo donde parte del mercado comienza a reconocer la importancia de los factores de comportamiento en las relaciones laborales para el éxito del negocio. Los negocios exitosos son el resultado de las personas, y para que los empleados den lo mejor de sí mismos, es necesario un modelo de gestión motivacional efectivo, diferenciado y un entorno propicio para el desarrollo profesional.

En este sentido, dentro de la ciencia, numerosos estudios nos permiten entender qué motiva a las personas a ser lo mejor que pueden ser. Los estudios sobre la motivación comenzaron alrededor de 1945 con el psicólogo de la Gestalt, Karl Dunker, quien identificó la necesidad de un nuevo enfoque ante las perspectivas humanas. Dunker acuñó el término “fijeza funcional” para describir las dificultades en la percepción visual y resolución de problemas que surgen de que un elemento en una situación ya tiene una función (fijo), que debe cambiarse para una percepción correcta o para encontrar la solución al problema. Su experimento más famoso fue el “problema de la vela”. Dunker pidió a sus estudiantes una respuesta inteligente a un problema que requería ver más allá de las respuestas evidentes, pensamiento sistémico y uso creativo de los sentidos para resolverlo. Se dio cuenta de que las personas podían mejorar el rendimiento creativo cuando no había recompensas. Desde entonces, se han realizado numerosos estudios para entender qué motiva efectivamente a las personas. Daniel Pink se especializa en comportamiento motivacional, y en su libro “Motivación 3.0”, presenta varios estudios que demuestran que el modelo de motivación basado en recompensas y castigos ya no es efectivo. Entre los estudios citados, describe la continuación de los estudios de Dunker realizados por el científico, psicólogo y profesor canadiense Sam Glucksberg, conocido por su trabajo en lenguaje figurado: metáforas, ironía, sarcasmo y expresiones idiomáticas. Glucksberg utilizó los experimentos de Dunker para continuar sus estudios sobre la creatividad, centrándose en el poder que el incentivo puede brindar a las personas. En estos estudios, quería demostrar cómo la determinación de una recompensa financiera para una resolución específica de un problema podría ayudar o dificultar encontrar una solución. Después de numerosas pruebas que exigían que los grupos usaran la cognición creativa, los resultados eran mucho más eficientes, ágiles e inteligentes cuando no se presentaba ningún aumento, ascenso o castigo. Ahora, cuando las pruebas no requerían inteligencia cognitiva, hubo una mejora en el rendimiento, de acuerdo con el tiempo de solución encontrado, mucho más significativo cuando se usaba la motivación financiera.

Pink describe en su libro que, contrario a lo que muchos piensan, el patrón existente en el mercado que relaciona la recompensa financiera con los resultados obtenidos, como bonificaciones, comisiones, viajes, premios, entre otros, y que cree que es una política efectiva de incentivos que motiva a las personas a desafiar pensamientos y acelerar el proceso creativo, alcanzando resultados extraordinarios, no es cierto. No es así como funciona la mente humana. En estudios realizados durante los últimos 40 años, reproducidos muchas veces en diversos países del mundo en busca de formas más efectivas de incentivar a profesionales y equipos, se ha demostrado que los incentivos a menudo pueden perjudicar, bloquear la creatividad y cegar el pensamiento. Estas contingencias de incentivos del tipo “si haces esto, obtendrás aquello”, funcionan para determinadas circunstancias y no para otras; para muchas tareas, son realmente inhibidores de resultados, perjudicándolos. Este es uno de los hallazgos más sólidos en ciencias sociales y también uno de los más ignorados.

Otro estudio citado por Pink fue el trabajo de Dan Ariely, un profesor de psicología y economía del comportamiento, nacido en Nueva York y que enseña en la Universidad de Duke. Considerado uno de los mayores economistas de nuestro tiempo, él y su equipo realizaron un estudio con estudiantes del MIT que requería creatividad, habilidades motoras y concentración, dividiendo sus estudios con y sin recompensas. Las conclusiones son exactamente las mismas, es decir, para tareas mecánicas, las recompensas realmente hacían la diferencia; cuanto mayores los valores, mayor el rendimiento. Ahora, para habilidades cognitivas, cuanto mayor era la recompensa, menor era la eficiencia de los grupos.

Se han realizado estudios sobre la motivación en diversos países de todo el mundo, ya sean pobres o ricos, y los resultados se han repetido. Estudios realiz

ados en la renombrada Facultad de Economía de Londres (LSE) o en la Universidad Carnegie Mellon, patrocinados por el banco central estadounidense, presentaron resultados similares. En todos los casos, los incentivos financieros para actividades que requieren cognición resultaron en un impacto negativo en el rendimiento general.

Es importante entender que todos los estudios de psicología social sobre la motivación convergen con la ciencia de la mente que define la Neurociencia del Bienestar, el sesgo particular que tiene respuestas importantes para comprender qué es la calidad de vida. La neurocientífica Suzana Herculano-Houzel, Ph.D., se ha convertido en una de las principales expertas en salud del bienestar y en la comprensión neurológica de la recompensa. En su definición clara y objetiva, menciona que la concepción es entender que el bienestar está interconectado con sentirse bien, siendo un conjunto de características mentales y físicas en una dualidad concisa. Según Suzana, el bienestar incluye la sensación de controlar tu vida, desde decisiones simples hasta aquellas que impactan en el futuro; el control está vinculado al estrés, cuanto menos control, mayor es el estrés en la vida. También enfatiza la libertad de expresión, las interacciones sociales, fundamentales para la supervivencia humana (por ejemplo, el afecto marca la diferencia en la vida de una persona desde su nacimiento, y esto solo ocurre con la interacción social). Finalmente, el bienestar está vinculado a la interacción social siendo útil para los demás, poder ayudar, sentirse útil es una de las mayores recompensas de la vida, una clara evidencia de estar vivo. La estancamiento de la vida es deprimente, es perjudicial porque el ser humano fue programado para ser útil.

La Neurociencia demuestra que el bienestar activa nuestro sistema neurológico de recompensa. Comprender este sistema proporciona una verdadera revelación de las capacidades neuronales que poseemos. Los humanos realizan cualquier acción por ganancias; es decir, se necesita motivación para tener éxito en cualquier acción. Todo esto tiene que ver con el sistema de recompensa; es crucial para permitir que nuestros sueños se hagan realidad, que se logren metas, objetivos, determinaciones en el conjunto de posibilidades que la vida nos brinda.

“La ciencia del sistema cerebral de recompensa” fue descrita por primera vez por James Olds, un fisiólogo psicólogo estadounidense en la Universidad McGill en Montreal, Canadá, alrededor de la década de 1960. Por definición, su activación es muy comprensible, considerando la evolución social humana, se percibe una búsqueda constante de lo nuevo, el conocimiento, la conquista y el desafío. El placer motivacional de despertar y luchar va más allá de la supervivencia, ya que el cerebro, en su perfección, estimula el área de la recompensa precisamente para luchar, desafiar y superar las batallas cotidianas, y dentro de las posibilidades, ser siempre lo mejor que se puede ser. Suzana Houzel describe en su libro los estimuladores más importantes del sistema de recompensa, que van desde los más primitivos como el sexo, el afecto y la comida, hasta la inclusión del control sobre la vida y las propias decisiones; el respeto por ser útil y la conciencia de formar parte de algo más grande que requiere esfuerzos y desafíos, especialmente aquellos que requieren el uso de la inteligencia. Esto conduce a los mismos resultados encontrados en décadas de estudios motivacionales.

Es por eso que saber cómo motivar a las personas se ha vuelto el factor primordial para el éxito y marca toda la diferencia en los resultados alcanzados. Estimular a las personas con mejores recompensas o amenazarlas con castigos más severos ya no funciona. El mundo de hoy exige que las acciones humanas estén conectadas en torno a un deseo de hacer las cosas porque son importantes, traen satisfacción, son interesantes y porque forman parte de algo más grande. Daniel Pink dice en su libro que el motivador debe girar siempre en torno a 3 elementos:

– Autonomía: Deseo de dirigir nuestras propias vidas.

– Dominio: Deseo de mejorar continuamente haciendo algo que realmente importa.

– Propósito: Deseo de hacer lo que hacemos para que sirva a algo más grande que nosotros mismos.

Lo más interesante de todo esto es que, a pesar del conocimiento intrínseco de la ciencia, sigue existiendo un gran desencuentro entre lo que la ciencia sabe y lo que hacen los negocios. Estamos en el siglo XXI, donde las empresas están siendo administradas por personas formadas en el siglo XX, pero muchas de ellas están utilizando teorías, técnicas y herramientas del siglo XIX, con un pensamiento positivista y una realidad diferente en objetivos, necesidades y características de las personas y del mercado.

El gran atributo del liderazgo es precisamente la capacidad de inspirar, motivar, animar ideas, personas y proyectos, y es evidente que el mundo está cada vez más necesitado de líderes creativos e innovadores con habilidades conceptuales. Hay una saturación de respuestas predefinidas e ideas sin fundamentos, retrógradas, presentadas por numerosos “gurús” que no tienen nada nuevo que ofrecer. Piensa en tu propio trabajo, ¿te exige dedicación o también soluciones inteligentes y perspicaces? Las empresas exitosas son aquellas que con el tiempo se vuelven antiguas y sabias, pero nunca viejas. Estas empresas no se quedan en lo mismo, se transforman y evolucionan según la necesidad y, sobre todo, buscan el conocimiento. El mundo cambia a una velocidad tal que, si no estás atento, pierdes la noción de los eventos y, sobre todo, de las necesidades profesionales y sociales.

Por eso, este artículo invita a reflexionar sobre la concepción de la Motivación. Las empresas que siguen la ciencia no envejecen, sino que se perfeccionan, innovan en sus competencias. Al parecer, tal vez para sobrevivir en el siglo XXI sea necesario buscar el bien común al mismo tiempo que se hacen bien las cosas, conquistando cada vez más espacio en el corazón de tu equipo, lucrando con la pasión y propósitos bien definidos, prestando menos atención a tus propios intereses individuales que a los intereses de todos, y creyendo que el bienestar completo de un individuo depende del bienestar de todos. Parece acertado afirmar que en este siglo, las empresas serán juzgadas por sus compromisos éticos, por el enfoque en las personas y por las relaciones responsables con el entorno natural.

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¡Hola, soy Marcello de Souza! Comencé mi carrera en 1997 como líder y gerente en una gran empresa del mercado de TI y Telecomunicaciones. Desde entonces, he participado en importantes proyectos de estructuración, implementación y optimización de redes de telecomunicaciones en Brasil. Inquieto y apasionado por la psicología del comportamiento y social. En 2008, decidí adentrarme en el universo de la mente humana.

Desde entonces, me he convertido en un profesional apasionado por descifrar los secretos del comportamiento humano y catalizar cambios positivos en individuos y organizaciones. Doctor en Psicología Social, con más de 25 años de experiencia en Desarrollo Cognitivo Conductual y Organizacional Humano. Con una amplia carrera, destaco mi actuación como:

– Master Coach Sénior y Formador: Guiando a mis clientes en la búsqueda de metas y desarrollo personal y profesional, obteniendo resultados extraordinarios.

– Chief Happiness Officer (CHO): Fomentando una cultura organizacional de felicidad y bienestar, impulsando la productividad y la participación de los empleados.

– Experto en Lenguaje y Desarrollo del Comportamiento: Potenciando habilidades de comunicación y autoconocimiento, capacitando a individuos para enfrentar desafíos con resiliencia.

– Terapeuta Cognitivo Conductual: Utilizando terapia cognitivo-conductual de vanguardia para ayudar a superar obstáculos y lograr una mente equilibrada.

– Conferencista, Profesor, Escritor e Investigador: Compartiendo conocimientos e ideas valiosas en eventos, capacitaciones y publicaciones para inspirar cambios positivos.

– Consultor y Mentor: Aprovechando mi experiencia en liderazgo y gestión de proyectos para identificar oportunidades de crecimiento y proponer estrategias personalizadas.

Mi sólida formación académica incluye cuatro postgrados y un doctorado en Psicología Social, junto con certificaciones internacionales en Gestión, Liderazgo y Desarrollo Cognitivo Conductual. Mis contribuciones en el área son ampliamente reconocidas en cientos de clases, entrenamientos, conferencias y artículos publicados.

Coautor del libro “El Secreto del Coaching” y autor de “El Mapa No Es el Territorio, el Territorio Eres Tú” y “La Sociedad de la Dieta” (el primero de una trilogía sobre el comportamiento humano en la contemporaneidad – 09/2023).

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