REENFOQUE SUS PENSAMIENTOS

“La vida solo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero debe ser vivida mirando hacia adelante.” – Søren Kierkegaard

En un mundo donde la felicidad parece ser una obligación impuesta por la sociedad y las redes sociales, somos bombardeados por una cacofonía de ruidos que oscurecen nuestra visión de lo que es verdaderamente importante en nuestras vidas. Estos ruidos se manifiestan como expectativas externas, presiones sociales, comparaciones constantes y una avalancha de información, que a menudo nos desconectan de nuestros propios deseos y objetivos genuinos. En medio de este caos, no es de extrañar que, incluso cuando estamos motivados a soñar, a perseguir metas y a orientarnos hacia lo que anhelamos, nos sintamos perdidos en la incertidumbre sobre nuestros verdaderos deseos y aspiraciones.

A veces, caemos en la trampa de creer que la felicidad está exclusivamente ligada a las circunstancias externas. Nos engañamos pensando que un aumento de sueldo, el reconocimiento profesional, un coche nuevo o incluso una nueva relación amorosa nos proporcionará la tan ansiada satisfacción. Sin embargo, incluso cuando logramos estos objetivos, es común que nos enfrentemos a un vacío interior. Esta sensación nos impulsa a buscar nuevas metas, a dedicarnos incansablemente para alcanzarlas y, inevitablemente, nos encontramos nuevamente con el vacío. Así, nos vemos atrapados en este ciclo continuo, como si estuviéramos corriendo en una rueda de hámster, sin avanzar hacia ningún destino definido.

Este es un panorama que he observado no solo entre mis clientes, sino también en mi propia trayectoria. La duda emerge al término de una etapa significativa, como la finalización de un curso o proyecto profesional. Además, surge cuando nos encontramos exhaustos ante una situación desafiante, cuando nos enfrentamos a la necesidad de reinventarnos debido a circunstancias adversas, o cuando enfrentamos un revés inesperado. Como bien observó Viktor Frankl en su obra “El hombre en busca de sentido,” estos momentos de crisis existencial son oportunidades para reflexionar sobre nuestros valores más profundos y redefinir nuestros propósitos de vida.

Identificar nuestros verdaderos deseos no siempre es una tarea simple, incluso si somos instados a perseguir nuestros sueños o a visualizar dónde estaremos en tres o cinco años. Sin embargo, es crucial reconocer que tomar decisiones se vuelve más claro cuando tenemos, al menos, una ligera orientación sobre nuestros objetivos. Como sugiere Daniel Kahneman, la construcción de un sentido para la vida no solo nos proporciona una brújula para navegar por nuestras elecciones, sino que también nos capacita para romper con el ciclo vicioso de búsqueda incesante de logros externos y vacíos interiores.

Sin embargo, existe una alternativa para escapar de este ciclo de insatisfacción constante. En lugar de vivir de acuerdo con las expectativas externas, podemos buscar vivir de acuerdo con nuestras propias aspiraciones y valores más profundos. Este es el camino para encontrar un sentido verdadero y duradero en nuestras vidas. Para ello, quiero instarle a comenzar esta reflexión, a rescatar sus sueños y a establecer metas que genuinamente le inspiren. Vamos a explorar dos sugerencias prácticas:

1. Sueños e Ilusiones

“La verdadera felicidad no se alcanza a través de la búsqueda del placer, sino a través de la capacidad de experimentar momentos de paz y satisfacción, incluso en las circunstancias más desafiantes.” – Dalai Lama

Es crucial comenzar distinguiendo entre sueños e ilusiones. Un sueño es un deseo que nos inspira, ya sea aprender algo nuevo, viajar a un lugar especial o formar una familia. Independientemente de su ambición, un sueño nos motiva a perseguir activamente su realización. Por otro lado, una ilusión es una distorsión de la realidad, donde interpretamos erróneamente eventos, objetos o circunstancias. Reside en nuestra imaginación, superando los límites de lo posible, envolviéndonos en un mundo fantástico que nos conforta en momentos de dificultad, pero que, internamente, nos priva de la motivación para la acción. Ejemplos como viajar por el mundo, vivir en islas paradisíacas del Pacífico o alcanzar riquezas extremas son ilusiones que nos hacen creer que todo es posible.

Aprender a distinguir entre sueños e ilusiones nos hace más honestos con nosotros mismos y nos libera de la presión de buscar estas últimas, que, reiteramos, no son esenciales. El simple hecho de imaginarlas ya cumple su propósito cognitivo. Cuando nos encontramos perdidos sin saber lo que queremos o no tenemos un sueño claro, podemos hacer varios ejercicios. Por ejemplo, podemos rescatar sueños del pasado como fuente de inspiración. La adolescencia es un período fértil en ideas. Vale la pena recordar lo que nos gustaba o lo que nos entusiasmaba. El objetivo no es realizar los sueños exactamente como los imaginábamos, especialmente porque con seguridad casi todos ellos ya no tendrán sentido o simplemente sean hoy inalcanzables, como querer ser astronauta o un atleta olímpico a los 40 años.

Sin embargo, este ejercicio es muy importante porque nos ayuda a percibir cómo se tomaron nuestras decisiones en la vida hasta llegar a donde estamos, y si este ejercicio se realiza de manera saludable, sin críticas ni juicios, podemos realinearnos con nuestra propia percepción de la realidad entre la vida y el tiempo. En otras palabras, la importancia de este ejercicio es ayudarnos a reconectar con nuestra esencia, con lo que realmente nos motiva e inspira, permitiéndonos alinear nuestras acciones con nuestros valores más profundos. Cuando nos reconectamos con nuestros sueños genuinos, podemos encontrar un nuevo sentido y dirección en nuestras vidas presentes, capacitándonos para vivir con autenticidad y plenitud.

Volviendo al ejemplo del atleta olímpico, podemos obtener información valiosa sobre nosotros mismos. Con este sencillo ejercicio, recordamos que éramos apasionados por los deportes o actividades que aumentaban nuestra percepción de que el resultado dependía mucho de nuestros propios esfuerzos. Esto nos permite considerar la posibilidad de analizar qué ha cambiado, cuáles fueron las estrategias, los motivadores y los recursos disponibles sobre el tema. Esto nos ayuda a reencuadrar nuestra percepción a través de experiencias vividas, que a su vez nos proporcionan ideas sobre nuestras preferencias, habilidades y valores fundamentales. Repito, al reconectar con estos elementos esenciales de nosotros mismos, podemos redefinir nuestras metas de vida y dirigir nuestras acciones de una manera más alineada con nuestra verdadera esencia. Este proceso de reflexión y autoconocimiento no solo nos permite vivir con autenticidad y plenitud, sino que también nos guía en el camino hacia una vida más significativa y gratificante.

Permíteme proporcionar un ejemplo común de mis sesiones, como el caso de mi cliente, Andressa. Desde la infancia, siempre había tenido un profundo amor por el teatro. Solía participar en obras escolares y siempre se sentía más viva cuando estaba en el escenario, interpretando personajes y contando historias. Sin embargo, a través de algunas dinámicas psicosistémicas, pronto descubrimos en su historia cuánto fue influenciada por las expectativas de los grupos sociales y su familia, que valoraban más las carreras tradicionales y financieramente estables. Así, Andressa terminó siguiendo un camino más convencional, estudiando derecho en la universidad y trabajando como abogada.

Sin embargo, al llegar a los 40 años, Andressa comienza a sentir un vacío interior. A pesar de su éxito profesional, algo dentro de ella falta. Se siente desconectada de sí misma y de sus verdaderos deseos. Fue entonces cuando decidió buscar ayuda para entender qué la hacía tan infeliz. Determinada a reconectarse con su pasión por el teatro, se embarcó en un proceso de reflexión y autoconocimiento, reenmarcando su propia trayectoria. Comenzamos el proceso recordando los momentos felices de su infancia, actuando en obras de teatro. Se da cuenta de que siempre ha sido su verdadera pasión y que abandonó este sueño debido a las presiones externas. Al analizar sus elecciones de vida hasta ahora, Andressa reconoce que sacrificó su felicidad personal en busca de éxito material y aprobación social, lo que estaba lejos de sentirse completa.

Con esta idea, Andressa decidió tomar medidas para seguir su verdadera pasión. Se inscribió en clases de teatro, participó en grupos de actuación amateur y buscó oportunidades para nutrir su sueño, incluso si eran solo oportunidades amateurs. Aunque este camino estaba más alineado con un pasatiempo, Andressa se sintió más viva y auténtica que nunca. Sabía que estaba siguiendo lo que realmente la hacía feliz, a pesar de las incertidumbres. Con el tiempo, descubrió que esta decisión no solo la hizo más feliz, sino también más realizada, brindándole un sentido renovado de propósito y significado. Al vivir de acuerdo con sus valores más profundos y perseguir su pasión por el teatro, Andressa encontró no solo autenticidad, sino también plenitud, y hoy es profesora voluntaria en una escuela de artes escénicas de una comunidad en Río de Janeiro.

Por supuesto, no es un proceso simple o solitario. Durante su viaje de autodescubrimiento y redescubrimiento, Andressa no estaba sola. Encontró apoyo y aliento en amigos, familiares e incluso nuevas conexiones que hizo al involucrarse con la comunidad teatral. Encontrar personas que compartieran su pasión y la alentaran a perseguir sus sueños fue crucial para fortalecer su determinación y confianza. Además, Andressa también buscó orientación profesional de un coach que la ayudó a identificar sus valores más profundos y a diseñar un plan de acción para alcanzar sus objetivos. Este apoyo emocional y práctico fue esencial para ayudarla a superar los desafíos y dudas que surgieron en el camino, haciendo que su viaje fuera aún más significativo y gratificante.

Ahora te desafío a responder: ¿Qué te gustaba hacer cuando eras más joven? ¿Qué puedes extraer de esas experiencias?

• Lo Que Me Gustaría Dejar de Hacer?

“Não é o que você tem na vida que importa, mas quem você tem na vida que faz a diferença.” – Margaret Laurence

Otra manera de guiarnos es pensar en lo que no queremos. Aunque este ejercicio puede no ser tan atractivo como visualizar nuestro futuro, sigue siendo un paso válido y extremadamente poderoso. Aprende a hacer esta pregunta: ¿Qué me gustaría dejar de hacer? Esto puede aplicarse tanto al ámbito personal como al profesional, como evitar el estrés en ciertas situaciones, buscar un cambio de trabajo o reevaluar una amistad.

Cuando nos encontramos en una profunda incertidumbre sobre nuestros deseos o sueños, tenemos otra opción: pensar en quién nos gustaría parecernos, aunque sea un personaje ficticio. Una vez más, esto actúa como un faro, proporcionando pistas sobre nosotros mismos. A través de este ejercicio, podemos llegar a conclusiones que nos ayudan a aterrizar en la realidad y establecer objetivos concretos. En este sentido, es importante entender cómo construimos nuestra realidad y por qué funciona este ejercicio. Como he explicado en muchos artículos anteriores, nuestro cerebro constantemente moldea nuestras percepciones y comportamientos basados en nuestras experiencias pasadas y en cómo interpretamos el mundo que nos rodea.

Según la teoría del aprendizaje social, las personas construyen modelos de sí mismas y del mundo que las rodea que sirven como guías para la acción. Por lo tanto, al identificar lo que nos gustaría dejar de hacer, estamos reconociendo patrones de comportamiento o pensamiento que ya no nos sirven y que necesitan modificarse para que podamos progresar hacia nuestros objetivos. Además, la neurociencia nos muestra que nuestro cerebro tiene una plasticidad increíble, lo que significa que puede moldearse y reestructurarse a lo largo de la vida.

Como destacó Norman Doidge en su libro “The Brain That Changes Itself,” “la plasticidad cerebral es la capacidad de hacer nuevas conexiones neurales y reorganizar estructuras existentes en respuesta a experiencias, aprendizaje o lesiones cerebrales.” Por lo tanto, al comprometernos a dejar de hacer algo que ya no nos sirve, estamos activando “procesos neuroplásticos” en nuestro cerebro que nos permiten cambiar nuestros patrones de comportamiento y pensamiento. Si analizamos cuidadosamente, nos damos cuenta de que al reflexionar sobre lo que deseamos interrumpir, no solo reconocemos la importancia de eliminar comportamientos o patrones de pensamiento perjudiciales, sino que también exploramos el poder innato de nuestra mente y de nuestro cerebro para instigar cambios positivos en nuestra vida.

Este ejercicio no se limita simplemente a identificar lo que queremos abandonar; nos capacita para redirigir nuestro enfoque y energía hacia lo que realmente importa. Además, brinda una oportunidad para examinar honestamente cómo estamos gastando nuestro tiempo, permitiéndonos así dar forma activamente a nuestra realidad y acercarnos cada vez más a una vida alineada con nuestros valores más profundos y objetivos. Al realizar este análisis introspectivo, estamos tomando el control de nuestras vidas, capacitándonos para tomar decisiones conscientes que nos impulsen hacia una existencia más significativa y realizadora.

Permíteme compartir un ejemplo práctico para ilustrar cómo este simple ejercicio puede tener un impacto transformador. Imaginemos a un cliente, Carlos, que buscó ayuda debido a su insatisfacción en su carrera. Durante nuestras sesiones de coaching, exploramos la pregunta “¿Qué Me Gustaría Dejar de Hacer?” como una herramienta para aclarar sus objetivos y guiarlo hacia un cambio positivo.

Al analizar más a fondo los aspectos específicos de su trabajo que deseaba cambiar, Carlos compartió sus frustraciones con plazos ajustados, expectativas poco realistas de su jefe y falta de reconocimiento y autonomía en el lugar de trabajo. Reconoció cómo estos factores estaban impactando negativamente en su salud y relaciones personales.

A través de esta reflexión, Carlos identificó el deseo de dejar de abrumarse con tareas innecesarias, establecer límites saludables con su jefe tóxico y buscar apoyo y colaboración de su equipo. Con estos descubrimientos, desarrollamos juntos un plan de acción concreto, estableciendo objetivos específicos y estrategias para implementar los cambios deseados.

A lo largo de las sesiones, presencié el progreso de Carlos a medida que se liberaba de patrones negativos y adoptaba nuevos enfoques para enfrentar los desafíos profesionales. Su viaje hacia una vida alineada con sus valores y objetivos se caracterizó por una sensación de alivio, empoderamiento y autoconocimiento.

Espero que este ejemplo ilustre cómo el simple ejercicio “¿Qué Me Gustaría Dejar de Hacer?” puede ser una herramienta poderosa para promover cambios positivos y duraderos en nuestras vidas personales y profesionales. Al identificar y superar obstáculos, nos capacitamos para vivir de manera más auténtica y satisfactoria.

CÓMO ENCONTRAR LA FELICIDAD CON MENOS

“El sentido de la vida es encontrar tu propósito. El propósito de la vida es darlo.” – Viktor Frankl

Después de sumergirnos en la reflexión sobre lo que deseamos eliminar de nuestras vidas, surge una invitación para explorar un territorio aún más profundo: el encuentro con aquello que verdaderamente nos llena de felicidad y significado. Es como si estuviéramos a punto de descubrir un tesoro oculto dentro de nosotros mismos, esperando ser revelado. En este viaje hacia la autoexploración, Viktor Frankl, en su obra transformadora “El Hombre en Busca de Sentido”, nos recuerda la importancia de vivir alineados con nuestro propósito. Después de todo, es en esta alineación donde encontramos no solo felicidad momentánea, sino una sensación duradera de plenitud y realización.

¿Cuántas veces nos hemos encontrado con personas exhaustas y desilusionadas, que han invertido sus energías en la búsqueda de éxito, poder o riqueza, solo para encontrarse vacías e insatisfechas? En momentos de incertidumbre personal o crisis, es crucial definir el camino que nos impulsa, el norte que guiará nuestras elecciones y acciones.

Al delinear nuestro propio propósito, estamos tomando el control de nuestra narrativa, dando forma activamente a nuestro destino. Este no es un proceso simple o instantáneo; es un viaje de autoconocimiento y autotransformación, que nos desafía a reflexionar sobre nuestros valores más profundos y las experiencias que nos definen.

Así como las empresas definen su misión para orientar sus actividades, cada uno de nosotros debe articular su propia misión personal, un faro que nos guía a través de las tormentas de la vida y nos recuerda qué es lo que realmente importa. Esta misión no se limita al ámbito profesional o personal; impregna todas las áreas de nuestra existencia, informando nuestras elecciones y cómo interactuamos con el mundo que nos rodea.

Y cuando nos preguntamos qué nos trae verdadera felicidad, no estamos hablando solo de momentos fugaces de placer o éxito. Estamos hablando de una profunda serenidad, una sensación de contentamiento que trasciende las circunstancias externas y reside dentro de nosotros mismos.

Estos momentos de plenitud pueden manifestarse de diversas formas: al contemplar la belleza de la naturaleza, dedicarnos a ayudar a otros a través de nuestro trabajo, o compartir momentos preciosos con quienes amamos. Nos recuerdan la importancia de estar presentes en el momento presente, cultivando conexiones auténticas y experiencias significativas que nos enriquecen y nutren.

Por lo tanto, te invito a embarcarte en este viaje de autoexploración y autotransformación, a explorar las profundidades de tu alma en busca de tu verdadera esencia. Porque es allí, en el núcleo de tu ser, donde encontrarás la clave para una vida de significado, propósito y verdadera felicidad.

¿CÓMO ES EL CEREBRO DE LAS PERSONAS FELICES?

Todo lo que hemos discutido está alineado neurobiológicamente con nuestras mentes. En nuestro viaje hacia la felicidad, enfrentamos no solo desafíos emocionales y psicológicos, sino también una compleja interacción entre nuestro cerebro y nuestras experiencias. La neurociencia ha proporcionado recientemente valiosos conocimientos sobre lo que ocurre en nuestros cerebros cuando nos sentimos felices.

Los estudios muestran que los cerebros de las personas que encuentran su propósito tienden a ser más felices y, por lo tanto, operan de manera diferente, con la interacción armoniosa de una serie de sustancias neuroquímicas. Algunos investigadores llaman a esto el “cuarteto de la felicidad”: dopamina, oxitocina, serotonina y endorfinas. Estas sustancias desempeñan roles fundamentales en nuestro estado emocional y bienestar.

La dopamina, por ejemplo, conocida como el neurotransmisor del placer, no solo promueve una sensación de bienestar, sino que también alimenta nuestra motivación y relajación. Su generosa presencia está asociada con innumerables procesos cerebrales relacionados con el comportamiento y el aprendizaje. Por lo tanto, estrategias como dormir lo suficiente y celebrar logros estimulan su producción, contribuyendo a una mente más feliz. Veamos en la práctica, por ejemplo, a Ana, que está trabajando en un proyecto importante en su trabajo. Ella está poniendo mucho esfuerzo y enfrentando desafíos diarios para alcanzar sus metas. Un día, después de semanas de arduo trabajo, Ana completa con éxito una parte crucial del proyecto. Cuando envía el trabajo terminado a su supervisor, Ana experimenta una sensación de logro y satisfacción.

Esta sensación positiva es el resultado de la liberación de dopamina en su cerebro. La dopamina, como neurotransmisor del placer, se libera en respuesta al logro de metas y recompensas. En este caso, la conclusión exitosa del proyecto de Ana estimula la producción de dopamina en su cerebro, contribuyendo a su sensación de felicidad y bienestar. Pero no solo eso, acaba de ayudar a crear memorias positivas que garantizarán motivación y resiliencia para muchos otros desafíos. Esto se debe a que la dopamina también desempeña un papel importante para enfrentar los próximos desafíos en su trabajo. Se vuelve más enfocada y determinada a alcanzar sus objetivos, impulsada por la sensación de gratificación que acompaña a la liberación de dopamina en su cerebro.

Por lo tanto, al reconocer el papel de la dopamina en la promoción del bienestar y la motivación, Ana puede adoptar estrategias como garantizar una buena noche de sueño y celebrar sus logros para estimular la producción de este neurotransmisor en su cerebro, fortaleciendo memorias cruciales para lidiar con la inseguridad, el miedo, la vulnerabilidad y tantas otras cuestiones que enfrentamos a diario. Esto no solo contribuirá a una mente más feliz, sino que también la ayudará a mantenerse motivada y enfocada en sus objetivos.

La oxitocina, a su vez, a menudo llamada “hormona del abrazo”, desempeña un papel crucial en el desarrollo de vínculos interpersonales, confianza y amor. Prácticas como el contacto físico, los abrazos y los besos aumentan sus niveles, al igual que la meditación regular, favoreciendo una sensación de conexión y bienestar. En la práctica, puedo dar como ejemplo a Laura, una mujer que lleva una vida agitada y a menudo se siente abrumada por el estrés laboral y las demandas diarias. Laura se da cuenta de que se está distanciando emocionalmente de las personas más queridas y siente una falta de conexión en sus relaciones. Decide tomar medidas para cultivar más cercanía emocional y fortalecer sus vínculos interpersonales.

Laura comienza a incorporar prácticas que estimulan la liberación de oxitocina en su cuerpo. Reserva unos minutos todas las mañanas para practicar la meditación, enfocándose en sentimientos de amor y gratitud. Esta práctica regular de meditación no solo calma su mente y reduce el estrés, sino que también aumenta los niveles de oxitocina, promoviendo una sensación de conexión consigo misma y con los demás.

Además, Laura se asegura de promover más encuentros presenciales en el trabajo y con sus amigos, y comienza a cultivar abrazos con sus familiares y amigos con más frecuencia y adopta dos mascotas para compartir su cariño. Se da cuenta de que estos cambios no solo la hacen sentirse más cercana a las personas que la rodean, sino que también desencadenan una liberación de oxitocina, generando una sensación de calidez y bienestar en sus relaciones.

A medida que Laura incorpora estas prácticas en su vida diaria, nota un cambio significativo en su experiencia emocional. Se siente más conectada, amorosa y segura en sus relaciones, experimentando una mayor sensación de bienestar y felicidad. Podemos ver cómo la práctica regular de actividades que estimulan la liberación de oxitocina, como la meditación y los abrazos, puede promover una mayor conexión interpersonal y contribuir a una mente más feliz y equilibrada.

La serotonina, a menudo llamada el “antidepresivo natural”, desempeña un papel fundamental en el equilibrio del estado de ánimo y la regulación del bienestar emocional. Además de una dieta equilibrada y la exposición a la luz natural, prácticas como vivir en el momento presente y cultivar la resiliencia también pueden contribuir a la regulación de los niveles de serotonina, promoviendo una sensación de tranquilidad y contentamiento. En la práctica, podemos seguir el viaje de Lucas, un joven que enfrenta estrés crónico y ansiedad en su vida cotidiana. Al darse cuenta de que su salud emocional estaba afectada, Lucas decidió buscar ayuda para tomar medidas que promuevan un equilibrio emocional y aumenten sus niveles de serotonina.

Lucas comienza a adoptar prácticas que estimulan la producción de serotonina en su cuerpo. Comenzando por la alimentación, adopta una dieta equilibrada, rica en alimentos conocidos por promover la producción de este neurotransmisor, como pescados ricos en omega-3, vegetales de hojas verdes y alimentos ricos en triptófano, un aminoácido precursor de la serotonina. Además, Lucas incorpora el hábito de pasar tiempo al aire libre. Hacer largas caminatas y exponerse a la luz solar no solo mejora su estado de ánimo, sino que también regula sus ciclos de sueño, promoviendo una sensación de bienestar a lo largo del día.

Lucas también adopta actividades físicas y encuentra un pasatiempo que tenga sentido para él, lo que le ayuda a vivir más en el momento presente. Al aprender a calmar su mente y enfocar su atención en el aquí y ahora, reduce los pensamientos ansiosos sobre el futuro y los remordimientos del pasado, creando espacio para una sensación de tranquilidad y contentamiento.

A medida que Lucas continúa incorporando estas prácticas en su rutina diaria, nota un cambio significativo en su estado de ánimo y bienestar emocional. Se siente más equilibrado, tranquilo y capaz de enfrentar los desafíos de la vida con más facilidad. Estas prácticas no solo promueven una regulación saludable de los niveles de serotonina en su cerebro, sino que también contribuyen a una sensación general de tranquilidad y contentamiento en su vida.

Por último, las endorfinas, nuestros analgésicos naturales, también desempeñan un papel vital en la modulación del dolor y en la promoción de momentos de placer y euforia. Practicar ejercicio físico, participar en actividades placenteras y cultivar pasatiempos apasionantes son formas de estimular la liberación de estas sustancias, promoviendo una sensación de bienestar y contentamiento.

Como ejemplo, consideremos a Mariana, quien siempre ha tenido dificultades para lidiar con el estrés y la ansiedad de la vida diaria, pasando años luchando contra los ataques de pánico. Cansada de los altibajos, buscó combinar la terapia con una solución natural y efectiva para mejorar su estado de ánimo y bienestar, decidiendo comenzar una rutina de ejercicio físico.

Mariana comienza a correr todas las mañanas en un parque cercano a su casa. En los primeros días, siente la dificultad inicial de adaptación, pero persiste. Después de algunas semanas, comienza a notar un cambio significativo en su estado emocional. Cada carrera matutina no solo mejora su disposición para enfrentar el día, sino que también proporciona una sensación de euforia y bienestar que persiste durante todo el día. Este efecto positivo es resultado de la liberación de endorfinas en su cerebro durante la actividad física.

Además de correr, Mariana decide retomar un antiguo pasatiempo que siempre le ha traído alegría: la pintura. Los fines de semana, dedica algunas horas a su pasión por el arte, perdiéndose en los colores y formas que crea en sus lienzos. La concentración y el placer que encuentra en la pintura también estimulan la producción de endorfinas, ayudándola a sentirse más relajada y satisfecha.

No pasó mucho tiempo para que Mariana se diera cuenta de que la combinación de ejercicio físico regular y la práctica de un pasatiempo placentero transformaban significativamente su bienestar emocional. Se siente menos estresada, con más energía y una sensación general de felicidad y satisfacción. En las sesiones de terapia, el progreso fue innegable y los nuevos hábitos cambiaron por completo su comportamiento. Al comprender el papel vital de las endorfinas en la promoción de momentos de placer y euforia, Mariana incorporó estas prácticas en su rutina diaria, cosechando los beneficios que durante mucho tiempo había dudado que pudiera restaurar, recuperando así una vida llena de bienestar.

Al comprender cómo estas sustancias neuroquímicas influyen en nuestro estado emocional, impactando en nuestros recuerdos y redefiniendo nuestros pensamientos, podemos entender lo útil que es para la vida utilizar estrategias específicas que sin lugar a dudas puedan promover una mente más feliz y equilibrada. Al integrar este conocimiento con las prácticas de autoexploración y autodescubrimiento discutidas anteriormente, podemos crear un camino más sólido hacia una felicidad auténtica y duradera.

Finalmente,

Al contemplar estos momentos de reflexión y considerar cómo podemos redefinir nuestros pensamientos, nos vemos impulsados a proyectarnos hacia el futuro. Entonces surge una pregunta que es crucial para reforzar todo lo que hemos discutido aquí y que a menudo olvidamos hacernos: ¿Cómo deseamos ser recordados? Para expresarlo, es necesario emplear verbos que evocan acción, inspiran y son profundamente personales.

Al reflexionar sobre la marca que aspiramos dejar, es vital recordar que el punto de partida esencial del propósito reside en nuestro propio bienestar. Como se destacó anteriormente, cuando estamos en equilibrio con nosotros mismos, podemos contribuir de manera significativa sin agotarnos. A menudo, nos dedicamos a ayudar a los demás, pero olvidamos cuidar nuestra propia salud mental y emocional, lo que puede resultar en agotamiento. Esto proviene de un cambio de enfoque. Si realmente aspiramos a dejar una marca duradera, debemos priorizar nuestro propio bienestar interior.

La aspiración es lo que da sentido a todas nuestras acciones. En este contexto, es imposible no recordar una historia notable que ilustra este principio: la narrativa de los trabajadores de la Catedral de Notre-Dame. Cuando el Papa Alejandro III y el Rey Luis VII visitaron la construcción en curso, se dieron cuenta de que aunque todos estaban realizando la misma tarea física, sus actitudes y perspectivas hacia el trabajo eran completamente diferentes. Algunos simplemente cumplían con sus obligaciones, mientras que otros veían su trabajo como una contribución a algo más grande que ellos mismos. Esta parábola destaca la importancia de encontrar propósito y significado en lo que hacemos, transformando incluso las tareas más simples en experiencias gratificantes y significativas.

En este sentido, al vivir alineados con nuestro propósito, nos volvemos más aptos para discernir lo que realmente nos hace bien. Esta sabiduría, tan elocuentemente expresada por Viktor Frankl en su obra “El hombre en busca de sentido”, nos recuerda que encontrar significado es fundamental para una vida plena, especialmente en tiempos de incertidumbre y crisis personal.

Ciertamente, todos conocemos personas agotadas y desilusionadas porque invirtieron sus energías en objetivos superficiales, buscando solo éxito, poder o riqueza. Esta reflexión nos lleva a reconsiderar nuestras prioridades, valorando una vida con menos excesos y más significado, como abogado por el filósofo griego Epicuro.

Es importante enfatizar que este proceso de autodescubrimiento no ocurre instantáneamente; a menudo, pasa desapercibido. Sin embargo, identificarlo puede ser extremadamente beneficioso, destacando la importancia de la autoconciencia y la reflexión para el crecimiento personal. Siguiendo esta línea de pensamiento, podemos crear una misión personal que guíe nuestras elecciones y acciones, como preconizó Nietzsche.

Nuestro propósito, como individuos, es algo que cada uno de nosotros debe delinear, un proceso que comienza con una reflexión sobre los momentos pasados en los que experimentamos plenitud. Este viaje hacia la autenticidad y la realización personal nos lleva a la verdadera felicidad, como expresaron tan elocuentemente Albert Camus y Thich Nhat Hanh.

Así, al explorar estas ideas y perspectivas, ampliamos nuestra comprensión sobre lo que significa encontrar felicidad con menos, guiándonos hacia una vida más significativa y satisfactoria. Que todos podamos embarcarnos en este viaje de autodescubrimiento y crecimiento, encontrando significado y propósito en cada paso del camino.

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OBRIGADO POR LEER Y VER A MARCELLO DE SOUZA EN OTRA PUBLICACIÓN EXCLUSIVA SOBRE EL COMPORTAMIENTO HUMANO

Hola, soy Marcello de Souza. Comencé mi carrera en 1997 como líder y gerente en una gran empresa del mercado de TI y Telecomunicaciones. Desde entonces, he participado en importantes proyectos de estructuración, implementación y optimización de redes de telecomunicaciones en Brasil. Inquieto y apasionado por la psicología del comportamiento y social. En 2008, decidí sumergirme en el universo de la mente humana.

Desde entonces, me he convertido en un profesional apasionado por descifrar los secretos del comportamiento humano y catalizar cambios positivos en individuos y organizaciones. Doctor en Psicología Social, con más de 25 años de experiencia en Desarrollo Cognitivo Conductual y Organizacional Humano. Con una carrera diversa, destaco mi papel como:

Master Sênior Coach & Trainer: Guiando a mis clientes en la búsqueda de metas y desarrollo personal y profesional, logrando resultados extraordinarios.

Chief Happiness Officer (CHO): Fomentando una cultura organizacional de felicidad y bienestar, impulsando la productividad y el compromiso de los empleados.

Especialista en Desarrollo del Lenguaje y Comportamiento: Mejorando las habilidades de comunicación y autoconciencia, capacitando a las personas para enfrentar desafíos con resiliencia.

Terapeuta Cognitivo Conductual: Utilizando la terapia cognitivo-conductual de vanguardia para ayudar a superar obstáculos y lograr una mente equilibrada.

Constelación Psíquica Sistémica Familiar & Organizacional: Basada en las leyes sistémicas y psíquicas del comportamiento que rigen nuestros afectos, esta práctica ofrece una visión profunda de las influencias ancestrales que moldean nuestro viaje.

Hipnoterapeuta: Basada en la interacción entre mente y metáforas, la Hipnoterapia ayuda a superar obstáculos, patrones no deseados y promueve el autodescubrimiento.

Conferencista, Profesor, Escritor e Investigador: Compartiendo conocimientos valiosos e ideas en eventos, entrenamientos y publicaciones para inspirar cambios positivos.

Consultor y Mentor: Aprovechando mi experiencia en liderazgo y gestión de proyectos para identificar oportunidades de crecimiento y proponer estrategias personalizadas.

Mi sólida formación académica incluye cuatro postgrados y un doctorado en Psicología Social, junto con certificaciones internacionales en Gestión, Liderazgo y Desarrollo Cognitivo Conductual. Mis contribuciones en el campo son ampliamente reconocidas en cientos de clases, sesiones de entrenamiento, conferencias y artículos publicados.

Coautor del libro “El Secreto del Coaching” y autor de “El Mapa No es el Territorio, el Territorio Eres Tú” y “La Sociedad de la Dieta” (el primero de una trilogía sobre el comportamiento humano en la contemporaneidad – 05/2024).

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