MIS REFLEXIONES Y ARTÍCULOS EN ESPAÑOL

LA DECONSTRUCCIÓN DEL ARREPENTIMIENTO

A medida que avanza la edad, muchas preguntas comienzan a surgir en nuestra mente. Ha habido innumerables ocasiones en el pasado en las que me encontré reflexionando sobre un sentimiento que me ha molestado mucho, y estoy seguro de que también ha atormentado a casi todos, que es el sentimiento de arrepentimiento.

Este proceso emocional puede apoderarse de nosotros cuando miramos hacia atrás en nuestras acciones o inacciones pasadas, y cuando salen a la luz, es precisamente porque los cursos de la vida nos han llevado a un cambio en el comportamiento y los pensamientos. Esto trae consigo la angustiosa sensación de lo que hicimos en otros momentos pasados, contrario, u opuesto, a cómo manejaríamos el mismo problema hoy, ya sea en la vida personal o profesional.

A diferencia del remordimiento, que tiene más que ver con el dolor moral así como con nuestra propia dignidad, el arrepentimiento nos hace darnos cuenta de las elecciones hechas durante muchos momentos de la vida que desearíamos haber tomado de manera diferente. En última instancia, el arrepentimiento también puede considerarse como el dolor sentido debido al dolor causado.

Recientemente, durante una conversación con una colega de toda la vida que, al igual que yo, está entrando en la mediana edad y preocupada por lo que depara el futuro, hablamos sobre nuestras vidas profesionales y las decisiones que hemos tomado. Fue entonces cuando ella confesó su arrepentimiento por dejar la psicología, un campo que ama tanto, al principio de su carrera, para seguir los pasos de su familia y convertirse en administradora de la empresa. Después de 20 años, se abrió, diciendo que nunca se sintió feliz haciendo lo que hace y siente mucho dolor por dejar atrás lo que realmente quería. Lo que más la entristecía no era solo pensar en cómo cambiar su historia ahora, sino el abrumador deseo de borrar este pasado y cambiar su camino profesional, lo que le trajo mucha infelicidad.

Muchos de nosotros podemos estar insatisfechos profesionalmente porque sentimos que nuestro trabajo no se alinea con nuestros talentos, o porque nuestros intereses han cambiado con la edad, o porque las perspectivas de crecimiento profesional son muy diferentes de lo que creíamos en el pasado. Pero la insatisfacción también puede estar acompañada de arrepentimiento, creyendo que tomamos ciertas decisiones que ya no tienen sentido hoy.

Usar nuestra capacidad para reflexionar sobre nuestras vidas, para auto-descubrirnos y tener el coraje de darnos una retroalimentación honesta es una de las estrategias que pueden ayudarnos a reconciliarnos con nosotros mismos y a darnos cuenta de cuántas de las limitaciones que enfrentamos, ya sea en nuestra carrera o en la vida en general, las construimos nosotros mismos. Este es un camino para encontrar más que suficientes razones para cambiar de rumbo.

Digo esto porque a menudo no observamos nuestra trayectoria de manera sistémica. Como con esta amiga, por ejemplo, le pregunté delicadamente qué la hace feliz hoy, y ella respondió de inmediato y sin dudarlo que son su cónyuge y sus hijos.

Así, comenzamos a reflexionar sobre lo complejos que somos como seres, así como la naturaleza plena de la insatisfacción reside dentro de nosotros. Contrariamente a lo que muchos piensan, esto no es necesariamente algo malo; al contrario, tener dentro de nosotros esta condición deseante e insatisfecha es esencial para no caer en la mediocridad y trivializar la vida. Sin embargo, hoy sé que de vez en cuando debemos traer un buen sentido de realidad a los detalles de nuestra propia historia, de lo contrario, corremos el riesgo de caer en lo que nuestro cerebro es hábil para hacer, justificar la comodidad.

En este sentido, durante esta conversación, se hicieron muchas reflexiones, y llegué a la conclusión de que hay algunos puntos muy importantes que debemos considerar y que deberíamos abordar con nosotros mismos incluso antes de llegar a la mediana edad.

El primero de ellos es que debemos tener cuidado con nuestros pensamientos, con la tentación de querer justificar el hoy basándonos en ideas fantasiosas de todo lo que ha pasado, como si de esta manera pudiéramos liberarnos de la sensación de culpa o arrepentimiento por perder tantas otras posibilidades que la vida siempre nos ha ofrecido, y que parece que siempre son mejores que las que elegimos. Es necesario distinguir entre lo que se hizo dadas las elecciones de ese momento y darse cuenta de que también tenían valor. Lo que quiero decir es que no hay una forma más integral que hacer que nuestra conciencia entienda que cada experiencia tiene su importancia y nos ha traído hasta aquí para ser mejores personas de lo que éramos, y que en este momento presente somos capaces de hacer algo más.

Es obvio que mirar hacia atrás y darse cuenta de que han pasado 2, 5, 10 o 20 años es tentador para encontrar las respuestas que pueden justificar nuestras vidas, pero no siempre es así de fácil, especialmente cuando consideramos este mundo casi insano que cada vez nos hace vivir más en automático y que casi siempre nos lleva a cambiar el ser por el tener, enfrentando una vida inmediata de elecciones imperceptibles que siempre nos da una cierta falsa impresión de que estamos en control, buscando el mejor camino, pero que casi siempre intuitivamente terminamos eligiendo aquellos que pensamos que son los más simples y fáciles, donde la ganancia inmediata siempre parece más prometedora para una vida feliz que otras posibilidades que requieren mucho más de nosotros mismos.

En Realidad, Todo Esto Es Una Gran Ilusión

No hay elecciones más fáciles, ni mejores ni peores, no hay caminos cortos ni largos, así como es insensato decir que cada uno de nosotros podría haber tenido otras oportunidades para elegir en aquel otro momento en el pasado.

Lo que realmente existe es nuestro estado de presencia, y en él reside nuestra única oportunidad de hacer lo mejor para nuestra propia vida. Esto se debe a que en cada elección yace su propio valor. Elegimos lo que, en el momento de la elección, tiene más valor para nosotros, es decir, representa de alguna manera una ganancia mayor que otras elecciones. Así es la vida; damos valor a cada momento por los caminos que estamos eligiendo tomar basados en lo que percibimos como ganancia. No hacemos elecciones para perder; siempre hay un aspecto introspectivo en ellas que es lo mejor dado lo que ya sabemos sobre la vida. De la misma manera, solo puede haber una visión de la vida en el futuro si hemos experimentado algo en el pasado para crear una perspectiva subjetiva sobre lo que podemos elegir adelante. No construimos nuestros caminos de la nada; siempre están moldeados por experiencias vividas, lo que no significa que no podamos desafiarnos a ir mucho más lejos.

Siguiendo esta lógica, un segundo punto fundamental a considerar es entender que en lugar de justificar lo que ya ha sido, deberíamos aprovechar nuestra libertad presente, ya que es obligatoria para todos, y ahí es precisamente donde podemos experimentar algo más allá de nuestros deseos por lo obvio y por lo que nos limitamos a querer experimentar. Somos libres para la automejora, pero para eso, de vez en cuando, debemos aventurarnos por caminos diferentes guiados por valores que aún no son tan claros como aquellos que creemos ser los mejores.

Volviendo a mi amiga, no perdí la oportunidad de reflexionar inmediatamente con ella si hubiera sido posible, como psicóloga, conocer al hombre con quien se casó y tener los hijos que tanto ama. En lugar de una respuesta, hubo un largo silencio. A partir de ahí, rápidamente nos dimos cuenta de que nunca sabremos esta respuesta, ¡y en última instancia, eso es lo que importa!

En realidad, como tercer punto fundamental, es importante darse cuenta de que la vida está en los detalles, en todo lo que se ha construido y logrado a través de la experiencia única de cada punto en el viaje, y con ello, lo que está dentro de nosotros, en su totalidad, como la persona que realmente somos. En otras palabras, si la infelicidad que ahora reside en los pensamientos que supuestamente existen realmente estuviera presente en todas las elecciones en este viaje de vida, seguramente no estaríamos donde estamos ahora; después de todo, de alguna manera, en algún momento, habría habido un cambio. El problema es que para percibir esto, uno debe tener autoconciencia, y solo hay conciencia de la propia vida cuando nos sentimos presentes; de lo contrario, no percibimos la vida pasando. Por lo tanto, si hay algo que tenga sentido, es decir que estamos hechos por la conciencia de los detalles y no por lo que es ilusorio y abstracto.

Lo que esto significa es que, contra cualquier argumento que pueda surgir en este momento imaginando que podríamos haber elegido diferentes caminos y haber tenido una carrera más exitosa, por ejemplo, primero, darse la oportunidad de percibir todo su viaje con hechos concretos que demuestren que usted es exactamente el resultado de sus elecciones. Cuando nos permitimos ver valor en ellas, entonces podremos entender cuánto valen las amistades ganadas y perdidas, las victorias y las derrotas, las alegrías y las tristezas, el dolor y el sufrimiento, los momentos felices, así como las oportunidades que nunca podrían haber existido si las cosas hubieran sido diferentes, todo contribuye a quienes somos hoy. Esta forma de reconciliarse con su estado de presencia es lo que diferenciará sus propios límites.

Son los detalles los que importan frente al vasto mundo de posibilidades que siempre seguirán siendo infinitas a los ojos de los demás y en las vidas no vividas. En la vida real, solo hay una elección, la que acabas de hacer. En última instancia, no hay otra que hacer.

Sea lo que sea, no hay garantía de que no pueda haber errores que, en retrospectiva, se puedan corregir o lamentar, pero lo que no se puede hacer es revivirlo de nuevo.

Pero el arrepentimiento que nos atormenta por momentos de la vida siempre tendrá la oportunidad de ser reevaluado, así como puede ser silenciado cuando tenemos el coraje de autoexaminarnos en una evaluación crítica constante de nuestra relación con el mundo y luego darnos cuenta de cuánto realmente estamos siendo nosotros mismos.

En esta profunda atención dedicada a nosotros mismos yace la oportunidad de hacer lo mejor para encontrar nuestro mejor yo por lo que valoramos, y depende del valor que hayamos decidido dar al próximo momento.

Sé que parece más fácil hablar que practicar, pero con la mediana edad, puedo decir que entiendo con más claridad lo que representa el arrepentimiento en el presente, y es mucho más sobre no querer aceptar nuestro propio pasado como solo parte del problema que enfrentamos en el presente cada día. En este sentido, creo que el gran desafío es madurar no por la edad, sino por la conciencia de lo suficiente para ser dueño de uno mismo, tener independencia entre lo que nos pertenece y lo que los demás buscan encontrar en nosotros.

Esta relación moral, que surge de la búsqueda de identidad para ser reconocido por quienes realmente somos, quizás sea el mayor de los desafíos y a menudo nos lleva a perder el tiempo con otros momentos de la vida que no deberíamos, ya que hay mucha más importancia en la vida que está por venir. Superar el miedo a la vulnerabilidad es desafiante, pero es este miedo el que nos impide apartarnos muchas veces de nuestros propios caminos.

¿Cómo hacer algo que nos pertenezca si estamos bombardeados por problemas o nos sentimos obligados a responder a una necesidad, incluso cuando esa necesidad no es algo que quisiéramos enfrentar? Después de todo, además de nosotros mismos, hay un mundo que nunca deja de cambiar, y mucho de lo que hacemos es en función de este mundo que siempre está frente a nosotros. Esta pregunta surgió rápidamente en este encantador diálogo, ya que no hace falta mucho para darse cuenta de que debemos mediar en conflictos, lidiar con fracasos, asegurarnos de que todo esté de acuerdo con las normas, presentarnos por completo y convivir en un mundo lleno de demandas y obligaciones que están listas para juzgarnos y condenarnos. Ciertamente no es fácil, pero tampoco es imposible.

Teniendo en cuenta la realidad del mundo ahora, se puede decir que tenemos otro punto muy importante que considerar, que es entender que los desafíos que encontramos siempre estarán en proporción con nuestro tamaño. En otras palabras, solo podemos ver lo que de alguna manera está dentro de nosotros. No es el mundo externo el que nos desafía, ni es la información proveniente del mundo externo la que nos dirá quiénes somos o qué debemos hacer; más bien, es nuestra construcción introspectiva de la realidad del mundo a través de experiencias vividas. Todo está para cada uno de nosotros en la estructuración inconsciente de la realidad, por lo que es parte de nosotros encontrar en nosotros mismos lo que nos pertenece y avanzar desde lo que realmente queremos para nosotros. Transformar esta realidad inconsciente en conciencia requerirá sacrificio, cambios, cambios de paradigmas, redefinición de creencias, desafíos, pero, más que eso, eliminará tantos ruidos insoportables en nuestras vidas que provienen de las opiniones de los demás.

Aunque somos seres sociales necesariamente y solo podemos sobrevivir con otros, también es crucial considerar que siempre es necesario escuchar a los demás, pero también debe haber límites para constituir armonía entre el “yo” y los demás. En los demás, yace el reconocimiento de quiénes somos, y es con los demás que nos damos cuenta de que siempre podemos hacer más. Sin embargo, está en nosotros la capacidad de aprender a lidiar con la vida y encontrar mecanismos para la mejora continua con respecto a la realidad de la vida que estamos creando.

En medio de toda esta reflexión, mi amiga comenzó a dudar si lo que la entristece es realmente haber estudiado psicología o no. Tal vez esta pregunta sea solo otra trampa de nuestras mentes para justificar una cierta complacencia que comúnmente trae consigo la mediana edad, tal vez para justificar el momento presente minimizando la autresponsabilidad de utilidad para todo lo que aún se puede hacer.

De hecho, otro punto a considerar es tal vez entender que lo que agobia a cualquiera es la necesidad de sentirse útil. La gran pregunta es que la utilidad es algo subjetivo y cambia con la edad. Al reflexionar sobre la vida profesional en la mediana edad, nos damos cuenta de cuánto han cambiado nuestros objetivos. La idea que teníamos de ganar y hacer algo extraordinario también cambia, y aquí radica otra razón para no aferrarse al pasado, sino siempre al estado presente. El tiempo dedicado al trabajo es gratificante por lo que se ha logrado, pero el sentimiento de ser útil solo está presente en el ahora, y esta es precisamente una de las mayores maravillas humanas: poder elegir cuán útil queremos ser a partir de ahora.

De hecho, no se puede pasar por alto el hecho de que ser útil también deja sus marcas que son difíciles de borrar. Y tal vez lo mejor que podamos hacer es silenciarnos para escucharnos a nosotros mismos y percibir nuestros éxitos y fracasos, convertir los desafíos percibidos en el acto no de arreglar nuestras fallas, sino de hacerlo mejor, sin críticas ni juicios, establecer metas o evitar que las cosas salgan mal de manera verdaderamente reflexiva, buscando en nuestra propia experiencia la percepción de lo que es positivamente bueno y lo que no lo es. Este tipo de conciencia no proviene de tratar de apagar incendios ahora y evitar resultados negativos, perdiendo así la oportunidad de aprovechar toda la experiencia para proyectos que presentan valor existencial, haciendo que la vida valga por sí misma.

En realidad, mi amiga y yo nos convencemos cada vez más de que el gran problema es que conocemos muy poco sobre nosotros mismos y mucho menos sobre lo que somos capaces de hacer. A menudo nos dejamos dominar por la vanidad, el egoísmo y la insensibilidad con respecto a todo lo que hemos hecho y cuánto hemos pagado para llegar hasta aquí, así

 como también nos permitimos vivir en gran parte una vida moldeada por la búsqueda implacable impuesta mucho más por los demás que por nosotros mismos, y esto siempre nos hace perder de vista los detalles más importantes que la vida se ha empeñado en enseñarnos.

Quizás, la solución para minimizar la angustia del arrepentimiento sea siempre buscar el equilibrio entre los lados. El equilibrio no es hacer la mitad de cada cosa, sino conocer muy bien ambos lados de la vida y saber estratégicamente cuál usar cada vez que estemos conscientemente presentes.

La solución es esforzarse al máximo por encontrar tiempo para uno mismo con actividades que nos hagan sentir bien. Por un lado, está el trabajo duro, la condición de utilidad tanto en el trabajo como para servir a otros y hacer que las cosas sucedan lo mejor que podamos, en la búsqueda continua de la excelencia. Por otro lado, hay un cierto sentido de individualidad en el sentido de que uno hará algo que es importante y nos hace olvidar el mundo externo para vivir un mundo interno que nos haga sentir bien como seres humanos. Ya sea con momentos únicos con la familia, la historia contada a un hijo antes de dormir, la salida inesperada o persiguiendo un pasatiempo, bailando, música, arte o incluso aventuras por el mundo en busca de conocimiento que solo se puede obtener en las relaciones humanas. Al participar en actividades para nosotros mismos, no nos agotamos. Tampoco evocan el vacío de un arrepentimiento, cuya satisfacción es segura y siempre ocurrirá en el futuro o en el pasado. Estas son actividades que solo se pueden hacer cuando estamos completamente en el presente.

No es que sea imposible encontrar alegría en el trabajo y hacerlo porque realmente nos brinda satisfacción, pero quizás el secreto radica en ir más allá y saber que hay momentos que deben ser definidos como nuestros, incluso si en este “nuestro” necesitamos estar junto a quienes realmente amamos.

El hecho es que estar en la mediana edad no significa que sea demasiado tarde; en la vida, nunca faltarán momentos en los que experimentemos crisis existenciales, crisis profesionales, pero quizás sea en la mediana edad que realmente podamos sentir que deberíamos ser más útiles de lo que nunca hemos sido, y esto puede ser el incentivo para un cambio radical y revitalizador que a menudo nos eludió.

Ahora, incluso si se hace tal desviación del camino, uno no debe olvidar todo lo que hay detrás, que nos ayudó a superar nuestro propio deseo de ir más allá y volver a experimentar el placer de ser útil. Reconozca que la pérdida fue inevitable y no intente imaginar que todo lo que hemos pasado nunca existió. Comprenda que el afecto es un contrapunto al arrepentimiento. En este momento, entonces, haga que la experiencia sea la razón para buscar momentos más conscientes de uno mismo para estar realizado por actividades existenciales y valore el proceso, no solo el resultado.

Hágalo con atención enfocada en un objetivo que aún no se ha alcanzado y que, una vez alcanzado, será parte de un recuerdo nuevo y orgulloso. No debemos olvidar que la satisfacción siempre está en el futuro o en el pasado; pero la felicidad solo existe cuando nos sentimos presentes. Entonces, siempre que estés ahora involucrado en el trabajo, sabe que existirán las posibilidades de fallar o no alcanzar el resultado esperado, pero permítete saber que el éxito no solo está en lo que ha sido exitoso, sino en el aprendizaje, privando así al miedo de guiar una vida de arrepentimiento.

Y si quieres saber qué concluimos mi amigo y yo de toda esta conversación, es que una forma de crisis profesional en la mediana edad surge de una inversión excesiva en la vida profesional, de valorar el próximo logro, y luego el siguiente, y cuando lo vemos, han pasado 20 años y apenas nos damos cuenta de cuánto de nosotros hemos dejado atrás y cuánto de nosotros está por venir. En este viaje, tuvimos muy poco enfoque en nosotros mismos “viviendo en los detalles de cada presente”. Que vivir en el presente tenga como interpretación la conciencia del estado de presencia de lo que se hace ahora, y no de lo que esperamos hacer algún día.

¡La recompensa al alcanzar la excelencia sobre los propios deseos es la oportunidad de estar más cerca de ser feliz! (Marcello de Souza)

✅ ¿Te gustó este artículo?

OBRIGADO POR LEER Y VER A MARCELLO DE SOUZA EN OTRA PUBLICACIÓN EXCLUSIVA SOBRE EL COMPORTAMIENTO HUMANO

Hola, soy Marcello de Souza. Comencé mi carrera en 1997 como líder y gerente en una gran empresa del mercado de TI y Telecomunicaciones. Desde entonces, he participado en importantes proyectos de estructuración, implementación y optimización de redes de telecomunicaciones en Brasil. Inquieto y apasionado por la psicología del comportamiento y social. En 2008, decidí sumergirme en el universo de la mente humana.

Desde entonces, me he convertido en un profesional apasionado por descifrar los secretos del comportamiento humano y catalizar cambios positivos en individuos y organizaciones. Doctor en Psicología Social, con más de 25 años de experiencia en Desarrollo Cognitivo Conductual y Organizacional Humano. Con una carrera diversa, destaco mi papel como:

Master Sênior Coach & Trainer: Guiando a mis clientes en la búsqueda de metas y desarrollo personal y profesional, logrando resultados extraordinarios.

Chief Happiness Officer (CHO): Fomentando una cultura organizacional de felicidad y bienestar, impulsando la productividad y el compromiso de los empleados.

Especialista en Desarrollo del Lenguaje y Comportamiento: Mejorando las habilidades de comunicación y autoconciencia, capacitando a las personas para enfrentar desafíos con resiliencia.

Terapeuta Cognitivo Conductual: Utilizando la terapia cognitivo-conductual de vanguardia para ayudar a superar obstáculos y lograr una mente equilibrada.

Constelación Psíquica Sistémica Familiar & Organizacional: Basada en las leyes sistémicas y psíquicas del comportamiento que rigen nuestros afectos, esta práctica ofrece una visión profunda de las influencias ancestrales que moldean nuestro viaje.

Hipnoterapeuta: Basada en la interacción entre mente y metáforas, la Hipnoterapia ayuda a superar obstáculos, patrones no deseados y promueve el autodescubrimiento.

Conferencista, Profesor, Escritor e Investigador: Compartiendo conocimientos valiosos e ideas en eventos, entrenamientos y publicaciones para inspirar cambios positivos.

Consultor y Mentor: Aprovechando mi experiencia en liderazgo y gestión de proyectos para identificar oportunidades de crecimiento y proponer estrategias personalizadas.

Mi sólida formación académica incluye cuatro postgrados y un doctorado en Psicología Social, junto con certificaciones internacionales en Gestión, Liderazgo y Desarrollo Cognitivo Conductual. Mis contribuciones en el campo son ampliamente reconocidas en cientos de clases, sesiones de entrenamiento, conferencias y artículos publicados.

Coautor del libro “El Secreto del Coaching” y autor de “El Mapa No es el Territorio, el Territorio Eres Tú” y “La Sociedad de la Dieta” (el primero de una trilogía sobre el comportamiento humano en la contemporaneidad – 05/2024).

Permíteme ser tu compañero en este viaje de autodescubrimiento y éxito. Juntos, descubriremos un universo de posibilidades de comportamiento y lograremos resultados extraordinarios.

Por cierto, te invito a unirte a mi red. Como amante de la psicología del comportamiento, la psicología social y la neurociencia, he creado mi canal en YouTube para compartir mi pasión por el desarrollo cognitivo-conductual con más personas.

No olvides seguir a Marcello de Souza en otras plataformas de redes sociales y unirte a la lista VIP para recibir artículos exclusivos semanalmente por correo electrónico.

Si deseas hacer una donación para que este blog continúe produciendo contenido único y diferenciado, visita: [Enlace de Donación]

✍️ Deja tu comentario

📢 Comparte con amigos

🧠 El canal oficial de Marcello de Souza fue creado para simplificar la comprensión del comportamiento humano y complementar la información en el blog: www.marcellodesouza.com.br

🧠 Suscríbete al canal: www.youtube.com/@marcellodesouza_oficial

🧠 Último libro de Marcello de Souza: www.marcellodesouza.com.br/o-mapa-nao-e-o-territorio-o-territorio-e-voce/

🧠 Contacto Comercial: comercial@coachingevoce.com.br

🧠 Escribe a Marcello de Souza: R. Antônio Lapa, 280 – Sexto Andar – Cambuí , Campinas – SP, 13025-240

Redes Sociales

🧠 Linkedin: www.linkedin.com/company/marcellodesouzaoficial

🧠 Instagram: @marcellodesouza_oficial

🧠 Instagram: @coachingevoce

🧠 Facebook: www.facebook.com/encontraroseumelhor/

🧠 Facebook: www.facebook.com/coachingevoce.com.br/

🧠 Sitio web oficial: www.coachingevoce.com.br/ www.marcellodesouza.com

🧠 Lista VIP para recibir artículos exclusivos semanalmente de mi autoría: contacto@marcellodesouza.com.br

🧠 Portafolio: https://linktr.ee/marcellodesouza

🧠 Presentación y adaptación: Marcello de Souza

#emociones #autocontrol #autoconciencia #relaciónemocional #autoayuda #motivación #superación #desarrollopersonal #mentalidad #pensamientopositivo #actitudpositiva #éxito #positividad #liderazgo #coachingejecutivo #gestióndeequipos #liderazgoconsciente #resiliencia #fortalezamental #resiliente #superarobstáculos #mentalidadguerrera #equilibrio #vidaprofesional #vidapersonal #coachingdecarrera #calidaddevida #DesarrolloPersonal #Autoconocimiento #InteligenciaEmocional #CrecimientoPersonal #AtenciónPlena #Bienestar #VidaEquilibrada #PsicologíaPositiva #Resiliencia #ComportamientoHumano #Autoestima #HabilidadesSociales #Empatía #EquilibrioMental #SaludMental #TransformaciónPersonal #HábitosSaludables #SuperaciónPersonal #FelicidadInterior #marcellodesouza #coachingeytú #vulnerabilidad #pazinterior #amor #relaciónenpareja #relaciónmadura #nuevocomienzo #vidaconsciente #sabervivir #valentía #sinceridad