LO QUE HACES, NO LO QUE DICES QUE HARÁS! PARTE 1
“Frente a las presiones y expectativas de la sociedad moderna, es fundamental recordar que el verdadero éxito no se mide por lo que tenemos materialmente, sino por la calidad de nuestras relaciones, por la conexión con nuestra esencia y por la realización de nuestros propósitos más profundos. Una vida exitosa es aquella en la que encontramos un equilibrio entre el ser y el tener, cultivando valores auténticos y viviendo de acuerdo con nuestra verdad interior.” (Marcello de Souza)
En la búsqueda de una vida plena y significativa, a menudo nos encontramos con profundas preguntas sobre lo que realmente significa alcanzar el éxito y la felicidad. Lejos de ser un viaje simple y lineal, esta búsqueda nos lleva por caminos llenos de desafíos, reflexiones y descubrimientos sobre nosotros mismos y sobre el mundo que nos rodea.
En este artículo, te invito a reflexionar profundamente sobre los elementos fundamentales que constituyen una vida verdaderamente exitosa. Empezaremos por deconstruir el concepto convencional de éxito, explorando lo que no es una vida exitosa y desafiando las narrativas dominantes que a menudo nos limitan en nuestra búsqueda de realización personal.
A continuación, nos sumergiremos en los pilares esenciales de una vida plena, abordando temas como los afectos humanos, la responsabilidad, la libertad y las elecciones. Cada uno de estos aspectos será examinado cuidadosamente, proporcionando ideas valiosas sobre cómo podemos construir una existencia auténtica y alineada con nuestros valores más profundos.
A lo largo de esta primera parte, exploraremos el impacto de los afectos humanos en nuestra jornada de autodescubrimiento, así como la relación crucial entre la responsabilidad y la libertad en la construcción de una vida significativa. Además, abordaremos la complejidad de las elecciones y cómo no solo dan forma a nuestro destino, sino también a nuestra percepción del éxito y la felicidad.
Después de esta reflexión inicial, te invitaré a acompañarnos en la segunda parte de este artículo, donde profundizaremos aún más en los valores humanos, la angustia de vivir y una reflexión final que proporcionará una conclusión satisfactoria a este viaje de autoconocimiento y crecimiento personal.
Prepárate para una experiencia de aprendizaje profundo y transformador, donde cada palabra y cada reflexión te acercarán más a una comprensión más profunda de ti mismo y de lo que realmente importa en tu búsqueda de una vida exitosa.
¿QUÉ NO ES UNA VIDA EXITOSA?
Si esta pregunta me hubiera sido hecha hace 20 años, no podría responderla de la manera en que veo la vida hoy, y esta es sin duda la razón más hermosa para vivir. En otras palabras, para mí, el verdadero valor de la vida no está en sí misma, sino en todo lo que aprendemos de ella. ¡Quizás por eso hoy puedo decirme categóricamente qué no es una vida exitosa! Para mí, esta respuesta tiene que ver con una profunda reflexión sobre los aspectos que considero esenciales para una vida verdaderamente significativa basada en mis experiencias actuales.
Para mí, una vida no exitosa es aquella que se deja llevar por las corrientes de la superficialidad y la búsqueda incesante de placeres fugaces. Es aquella que prioriza el tener sobre el ser, que busca constantemente la gratificación inmediata en lugar de cultivar valores más profundos y duraderos.
Desde esta perspectiva, una vida no exitosa es aquella que se distancia de su esencia humana, perdiéndose entre las presiones externas y las expectativas sociales. Es aquella en la que las elecciones se hacen automáticamente, sin reflexión o conciencia del impacto que pueden tener en nuestro propio viaje y en la vida de quienes nos rodean.
Una vida no exitosa es también aquella en la que nos falta valor para ser realmente quienes somos, en la que nos conformamos con estándares impuestos por la sociedad en lugar de seguir nuestros propios valores y aspiraciones. Es aquella en la que nos conformamos con una existencia superficial, sin cuestionarnos si realmente estamos viviendo de acuerdo con nuestros propósitos más profundos.
Sabes, para mí, una vida no exitosa es aquella en la que nos perdemos, en la que nos alejamos de nuestra esencia y nos dejamos llevar por convenciones, conveniencias y expectativas ajenas. Es aquella en la que olvidamos que somos los protagonistas de nuestra propia historia y que tenemos el poder de dar forma a nuestro destino en función de nuestras elecciones y valores auténticos. Para mí, una vida no exitosa es aquella que se distancia de estos valores esenciales que nos hacen únicos como seres humanos. Es aquella en la que nos perdemos en la búsqueda de logros externos, descuidando nuestra propia esencia y las relaciones significativas que dan sentido a nuestra existencia.
Sé que puede parecer sin sentido que yo diga qué no es una vida exitosa, sin embargo, lo que quiero provocar en ti es precisamente hacerte darte cuenta de lo fácil que es poner en papel todo aquello que ya no queremos para nosotros mismos. ¡Lo fácil que es dejar claro para el mundo todo aquello que no nos hace bien! Pero casi nunca lo hacemos.
Por eso mismo, la pregunta “¿Qué no es una vida exitosa?” puede parecer extraña, sin embargo, es fundamental para traer la realidad al estado presente y darse cuenta de las elecciones que estamos haciendo para nosotros mismos. Tener claridad sobre lo que no es una vida exitosa es mucho más fácil que responder para ti mismo qué es una vida exitosa en este momento. Pero uno depende del otro. Quizás, sin la claridad de lo que no es, nunca podrás responder qué es una vida exitosa. ¿Sabes por qué?
La complejidad de la respuesta radica en el hecho de que desde que nacemos, constantemente estamos bombardeados por una miríada de expectativas, estándares sociales e ideales de éxito impuestos por la sociedad, los medios de comunicación e incluso nuestras propias experiencias pasadas. Así, a lo largo de la vida, internalizamos una serie de conceptos preestablecidos sobre lo que debería ser una vida exitosa, muchas veces sin cuestionar su validez o relevancia para nuestro cumplimiento personal. Por eso mismo, cuando nos enfrentamos a la pregunta de qué no es una vida exitosa, nos encontramos con las limitaciones, vacíos e insatisfacciones que experimentamos cuando intentamos encajar en moldes predefinidos de éxito.
Es importante recordar que, especialmente para los occidentales, aprendemos, desde que nacemos, las reglas familiares, las expectativas de la sociedad y las experiencias vividas que juegan un papel fundamental en la formación de nuestras concepciones sobre valores, principios, éxito e incluso felicidad. Desde muy jóvenes, se nos enseña a seguir ciertos patrones de comportamiento y a perseguir ciertos logros para ser considerados exitosos a los ojos de los demás.
En casa, en la escuela y en todos los entornos sociales, constantemente estamos expuestos a mensajes sobre lo que está bien y lo que está mal, o lo que es valorado y recompensado por la sociedad. Esto puede incluir obtener buenas calificaciones, conseguir un buen trabajo, formar una familia, acumular posesiones materiales, y así sucesivamente. Estas expectativas internalizadas desde temprana edad influirán profundamente en nuestras elecciones y aspiraciones a lo largo de la vida. Esto se llama creencias. Antes de que preguntes: ¿Estás hablando de creencias limitantes? Permíteme dejarlo claro aquí mismo: ¡Toda creencia es limitante! En otras palabras, cada creencia se forma a partir de las experiencias, valores y percepciones únicas de cada individuo, lo que la hace inherentemente subjetiva. Incluso si una creencia es positiva y válida para una persona, sigue representando solo una perspectiva limitada de la realidad, ya que se basa en sus propios filtros perceptivos e interpretaciones personales de los acontecimientos.
Todas estas creencias son la base para la construcción de nuestras emociones que se ponen en práctica en las interacciones diarias con amigos, colegas, profesores y miembros de la familia que también participan en la formación de nuestras percepciones sobre lo que no es una vida exitosa. Podemos recibir elogios y recompensas por seguir ciertos caminos o sentirnos presionados para cumplir con las expectativas de los demás. Estas creencias son como fotografías casi invisibles que se acumulan a lo largo de nuestros caminos de vida influyendo en nuestras elecciones, acciones, reacciones, así como también están presentes incluso en nuestras interacciones. Se moldean por todas las experiencias que acumulamos con el tiempo, desde los momentos más distantes en el tiempo hasta los desafíos más notables presentes hoy.
Al reflexionar sobre nuestro viaje, nos damos cuenta de cómo estas creencias se entrelazan con nuestras emociones, sentimientos, deseos, voluntades y expectativas, a menudo guiándonos hacia la conformidad. Detente por un momento y pregúntate: ¿cuántas veces te has encontrado frente a las expectativas de los demás, sintiéndote presionado a seguir un camino que no necesariamente reflejaba tus verdaderos deseos y valores? Estas son las demandas sutiles de lo que debemos o no debemos hacer para lograr una vida considerada exitosa. ¡No es casualidad que siempre haya sido mucho más presente ser dirigidos sobre qué no hacer para tener una vida exitosa!
Traer la singular conciencia de cada uno de nosotros, capaz de comprender que lo que es considerado éxito por los demás no siempre nos trae verdadera satisfacción y realización personal, no es una cuestión simple. Esta conciencia que debería habitar en la mente y la percepción de todos es lo que nos permite desafiar las narrativas dominantes sobre el éxito y la felicidad y buscar nuestros propios caminos y definiciones de una vida exitosa.
Así, las reglas familiares, las expectativas sociales y las experiencias cotidianas juegan un papel significativo en la formación de nuestras concepciones sobre el éxito y la felicidad, pero no somos esclavos de nosotros mismos, o al menos no deberíamos serlo, después de todo, somos libres de elegir. De hecho, todos tenemos el potencial de cuestionarnos y reevaluar lo que realmente importa y tiene valor para nosotros. ¡Por eso escribí este artículo hoy! Profundicemos y busquemos dentro de nosotros mismos ideas que puedan ayudarnos a responder para nosotros mismos: ¡¿Qué Es una Vida Exitosa?!
Eres lo que haces
“La verdadera riqueza de la vida no reside en las cosas que poseemos, sino en los valores que abrazamos y en las conexiones que cultivamos con los demás.” (Marcello de Souza)
El título de este artículo está inspirado en un viejo proverbio atribuido a Carl Jung, que afirma: “¡Eres lo que haces, no lo que dices que vas a hacer!” Quiero que esta idea resuene como un eco profundo en tu psique, provocando verdades fundamentales sobre nuestra naturaleza de acción y autenticidad. Esta afirmación incisiva trasciende nuestras máscaras y confronta nuestras sombras, recordándonos la importancia vital de nuestras acciones para definir quiénes somos.
Al reflexionar sobre estas sabias palabras, nos embarcamos en un viaje introspectivo, invitados a examinar no solo nuestras intenciones declaradas, sino también a comprender que definir lo que no es una vida exitosa se vuelve crucial para nuestros comportamientos reales. Jung nos recuerda que no es lo que prometemos o pretendemos hacer lo que moldea nuestra identidad, sino las elecciones que hacemos y las acciones que llevamos a cabo en nuestra vida. Nuestras acciones no solo reflejan nuestros verdaderos valores y prioridades, sino que también contribuyen a la construcción de nuestra narrativa personal y colectiva.
En este sentido, la máxima de Jung ofrece una perspectiva poderosa sobre la naturaleza del éxito y la realización en la vida. En la sociedad contemporánea, el concepto de una vida exitosa a menudo está distorsionado y reducido a meros indicadores externos de estatus, riqueza material y reconocimiento social. Estamos bombardeados con mensajes que nos animan a perseguir objetivos predefinidos de éxito, a menudo desconectados de nuestra realidad y alejados de nuestros valores y aspiraciones únicos.
Esta concepción superficial de tener como indicativo de una buena vida crea un ambiente propicio para la desconexión entre nuestras acciones y nuestros valores más profundos. A menudo, nos encontramos persiguiendo metas impuestas por un mundo que no nos pertenece, en lugar de comprometernos con lo que realmente nos brinda significado y satisfacción. Cada día, estamos más lejos de la necesidad de liberarnos de las expectativas externas y de enfocarnos en alinear nuestras acciones con nuestros valores auténticos.
En este contexto, la comprensión de una vida exitosa se transforma profundamente. Ya no se trata simplemente de seguir ciegamente los dictados de la sociedad o buscar la aprobación de los demás, sino de vivir en armonía con nuestra propia verdad interior. Al observar nuestro entorno, libres de nuestros propios sesgos, pronto nos daremos cuenta de que el verdadero éxito no se mide por el saldo en nuestra cuenta bancaria. En la sociedad contemporánea, el concepto de éxito a menudo se entrelaza con una narrativa que valora estándares externos y superficiales, dando forma a percepciones distorsionadas de lo que realmente significa ser exitoso.
En un mundo marcado por la globalización, los medios digitales y las culturas de consumo, constantemente somos bombardeados con imágenes idealizadas de éxito, que a menudo se centran en el prestigio de nuestro título profesional, los acrónimos casi incomprensibles de los cargos o signos tangibles de riqueza, fama y poder. Sin embargo, una vida exitosa va más allá de eso. En una realidad donde muchos enfrentan depresión, ansiedad, estrés y recurren cada vez más al uso de medicamentos para lidiar con problemas mentales, el verdadero éxito es el que rescata nuestros propios valores, encuentra equilibrio emocional, conexiones genuinas y propósito personal.
Esta narrativa del éxito a menudo es perpetuada a través de comunicaciones, publicidades e influencers sociales, promoviendo una visión estrecha y unidimensional de lo que constituye una vida exitosa. Desde pequeños, nos condicionan a creer que el éxito está intrínsecamente ligado a la posesión de bienes materiales y la obtención de reconocimiento externo. Sin embargo, esta concepción superficial a menudo nos lleva a una búsqueda constante de validación externa, descuidando valores más profundos como la integridad, la conexión interpersonal y el propósito de vida. Esta mentalidad basada en estándares externos crea una cultura de comparación constante y de insatisfacción crónica, alimentando un ciclo implacable de búsqueda de más y un sentimiento de vacío existencial y alienación.
¿QUÉ ES UNA VIDA EXITOSA?
Nuestra jornada hacia la comprensión de una vida verdaderamente exitosa comienza aquí, en esta pregunta que resuena como una invitación a una reflexión profunda sobre nuestra existencia. Al enfrentarnos a este desafío, no puedo dejar de traer a la luz los provocativos conocimientos de Luc Ferry, cuyo libro “¿Qué es una vida exitosa?” profundiza en las profundidades de las sociedades contemporáneas, revelando cómo estas influencias moldean nuestra percepción del éxito y la felicidad, y nos enfrentan a dilemas y paradojas que impregnan nuestra búsqueda de significado. Ferry nos insta a examinar de cerca cómo las presiones y expectativas de la sociedad moderna a menudo nos llevan a abrazar una visión superficial del éxito, arraigada en estándares externos y materialistas. En un contexto donde el logro personal se mide cada vez más por el estatus, la riqueza y el reconocimiento social, descuidamos los aspectos más profundos y esenciales de nuestra propia humanidad. Las sociedades contemporáneas, impulsadas por el individualismo y el consumismo desenfrenado, nos llevan a una búsqueda incesante de gratificación inmediata. En este frenesí hedonista, la felicidad a menudo se reduce a la mera acumulación de bienes materiales y la búsqueda de placeres efímeros, dejándonos alienados de un sentido más profundo y genuino de propósito.
Sin embargo, desafiar estas nociones convencionales de éxito y felicidad requiere un valiente viaje de autoexamen y reflexión. ¡El verdadero éxito radica en la vulnerabilidad! ¿No entendiste? Lo que quiero decir es que la felicidad no puede medirse únicamente por logros externos, sino por la calidad de nuestras relaciones, la resiliencia frente a la adversidad y la capacidad de encontrar significado incluso en las experiencias más desafiantes, así como en aquellas que son simples pero placenteras.
Una vida genuinamente exitosa surge del constante cuestionamiento de las narrativas dominantes sobre el éxito y la felicidad, y de la búsqueda de una comprensión más profunda e integradora de lo que realmente nos importa. Se trata de trascender las limitaciones de una visión puramente lineal y materialista del éxito y abrazar un enfoque más holístico y humanista, donde se valore el bienestar y la realización de todos los aspectos de nuestra existencia.
El problema es que en un mundo marcado por la búsqueda implacable del éxito y la felicidad superficial, estamos bombardeados con mensajes que nos empujan hacia un ideal ilusorio, donde el valor se mide por logros externos y efímeros, y las máscaras se vuelven obligatorias en cada encuentro, cada afecto. Esta búsqueda implacable de aprobación externa nos aleja de nuestra esencia, alienándonos de nuestros verdaderos deseos y aspiraciones auténticas.
Tal vez ahora estés comenzando a entender que reflexionar sobre lo que realmente constituye una vida exitosa debería ser esencial para escapar del ciclo de vacío, superficialidad, inutilidad y comparación constante que a menudo caracteriza nuestra propia pérdida de sentido y valores que deberíamos darnos a nosotros mismos.
Reconectarse con nuestros valores más profundos y buscar un sentido más auténtico y significativo en nuestro viaje por la vida no es un viaje fácil. Es solitario. Es realista. Es doloroso. Sin embargo, es en este viaje de reflexión y reconexión donde encontramos la oportunidad de trascender estas limitaciones y encontrar un sentido más auténtico y significativo en nuestra vida. Aunque pueda ser solitario y desafiante, es un viaje esencial para lograr un sentido de realización genuina y plenitud. Al reconectar con nuestros valores más profundos, podemos vivir de acuerdo con nuestra verdadera esencia, encontrando un sentido más auténtico en nuestro viaje por la vida.
Reflexionar sobre una vida exitosa nos lleva a través de un viaje íntimo y desafiante, donde enfrentamos las presiones sociales que moldean nuestra visión del éxito. Dostoyevski, al proclamar que ‘Somos así: soñamos con volar, pero tememos la altura’, nos despierta ante la dualidad inherente en nuestra búsqueda de realización. Mientras aspiramos al éxito y la felicidad, a menudo nos vemos paralizados por el miedo a lo desconocido, por el terror al vacío que encontramos cuando nos enfrentamos a la verdadera libertad. Es en este espacio de libertad, donde las certezas se disipan, que encontramos la oportunidad de volar realmente. Sin embargo, es común refugiarnos en jaulas de nuestra propia creación, buscando seguridad en certezas que nos aprisionan.
En este contexto, comprender la libertad y confrontar nuestros propios límites demanda un coraje intrépido. La autoimposición de estas jaulas mentales nos encierra en una existencia monótona, carente de vitalidad, donde nuestra identidad deja de pertenecernos. Liberarse de este escenario requiere un viaje de transformación, una valiente ruptura con la zona de confort. Es la lucha entre lo familiar y lo desconocido, entre la seguridad ilusoria de las ‘certezas’ y la libertad pulsante que espera más allá de las ‘jaulas’. La afirmación de que ‘Las jaulas son el lugar donde viven las certezas’ describe vívidamente la autoimposición de límites que sofocan nuestra vivacidad y nos alejan de nuestra propia vulnerabilidad.
Nota que encontrar la respuesta a qué es una buena vida no es tan simple como encontrar razones para vivir una vida infeliz. Para profundizar aún más en este tema, quiero traer aquí 5 puntos fundamentales que deberíamos tener muy claros en nuestra mente, o mejor dicho, en nuestra conciencia sobre la vida y la felicidad de vivir. Para ello, quiero hablar de:
• Afectos
• Responsabilidad y libertad
• Elecciones
• Valores humanos
• La angustia de vivir
AFECTOS
No se puede hablar de una vida exitosa sin mencionar los afectos humanos. La relación entre los afectos humanos y lo que constituye una vida exitosa es esencial para comprender la complejidad de la existencia humana y la búsqueda de la felicidad auténtica. Los afectos humanos representan nuestras emociones y sentimientos y desempeñan un papel fundamental en nuestro viaje hacia una vida exitosa. Son la esencia de la potencia que reside en cada uno de nosotros, dándole significado y textura a nuestra experiencia de vida, moldeando nuestras percepciones, motivaciones y comportamientos.
Una vida verdaderamente exitosa no puede medirse únicamente en términos de logros externos o acumulación de posesiones materiales. En cambio, está intrínsecamente vinculada a nuestra capacidad de experimentar y expresar una variedad diversa de afectos humanos positivos, como el amor, la gratitud, la compasión, la alegría y la empatía. La vida humana prospera en la alegría de los diversos encuentros afectivos.
Estos afectos no solo enriquecen nuestras vidas individuales, sino que también fortalecen nuestras relaciones interpersonales y nuestra conexión con el mundo que nos rodea. Nos permiten establecer vínculos significativos con los demás, cultivar un sentido de comunidad, aprendizaje, pensamientos y, por supuesto, contribuir al bienestar de cada uno de nosotros.
Además, los afectos humanos juegan un papel crucial en nuestra búsqueda de significado y propósito en la vida. Nos ayudan a discernir lo que es verdaderamente importante y valioso, guiándonos hacia actividades y relaciones que nos brindan una sensación de realización y plenitud.
Sin embargo, es importante reconocer que los afectos humanos también pueden ser complejos y contradictorios. Después de todo, son la base de quiénes somos y la explicación de por qué somos lo que somos, así como parte de lo que podemos ser. Por lo tanto, no siempre experimentamos solo emociones y sentimientos positivos; momentos de tristeza, desilusiones, descontentos, decepciones, ira, miedo, así como la angustia también son parte de la condición humana. Sin embargo, paradójicamente, estas sutilezas que nos hacen capaces de lidiar con estas emociones y sentimientos de manera constructiva y adaptativa contribuyen a nuestra resiliencia y crecimiento personal. Una vida exitosa nos recuerda la importancia de cultivar un enfoque holístico e integrador en nuestra búsqueda de felicidad genuina. Nos invita a reconocer la riqueza de los encuentros vulnerables lo suficientemente para que podamos reconocer lo que hay dentro de nosotros y a nuestro alrededor, y valorarlo como parte esencial de una vida plena y significativa.
RESPONSABILIDAD Y LIBERTAD
Cuando recurrimos a Luc Ferry, podemos referirnos a su preocupación con respecto a la necesidad de entender lo que constituye una vida exitosa no solo en términos de logros externos, sino también en relación con nuestros valores, elecciones y acciones individuales. En este contexto, la responsabilidad y la libertad desempeñan roles cruciales.
Por un lado, la responsabilidad está intrínsecamente vinculada a la noción de una vida exitosa al desafiarnos día tras día, segundo tras segundo, a asumir la responsabilidad de nuestras elecciones y acciones, reconociendo que somos los principales arquitectos de nuestro propio destino implica asumir las consecuencias de nuestras decisiones y buscar un alineamiento entre nuestros valores personales y nuestros comportamientos.
La libertad, por otro lado, es esencial para la realización de una vida exitosa. Ejercer nuestra libertad de elección de manera consciente y auténtica, buscar una vida que sea verdaderamente significativa para nosotros, requiere la capacidad de desvincularnos de las presiones externas y las expectativas sociales, y seguir el curso que mejor se ajuste a nuestros propios valores y aspiraciones.
Sin embargo, es importante destacar que la libertad no es un concepto absoluto, sino relativo. Nuestra libertad individual siempre está interconectada con circunstancias externas y las limitaciones impuestas por el mundo que nos rodea. Por lo tanto, la búsqueda de una vida exitosa también implica reconocer nuestras responsabilidades en todas nuestras emociones. ¿No entendió? Permíteme ir un poco más allá. Para esto, necesito recordar a Jean-Paul Sartre. En su filosofía existencialista, enfatizo la importancia de asumir la responsabilidad por nuestras elecciones, incluso en ausencia de una esencia predefinida. Para Sartre, estamos condenados a la libertad, lo que implica que somos responsables de todas nuestras elecciones y también libres para crear nuestro propio significado y actuar de acuerdo con nuestros valores auténticos, incluso en un mundo impregnado de incertidumbre.
A su vez, siempre vale la pena recordar a Friedrich Nietzsche, quien nos invita a trascender el nihilismo, superando la idea de que la vida carece de un significado intrínseco. Para Nietzsche, la libertad está intrínsecamente vinculada a la capacidad de crear nuestros propios valores y encontrar sentido en nuestra propia existencia, incluso en ausencia de verdades absolutas. Me refiero al hecho de que, según Nietzsche, no existen verdades absolutas o universales que determinen el significado o el propósito de la vida. Argumentaba que la vida no tiene un propósito intrínseco y que cada individuo es libre de crear su propio significado y valores, sin depender de una verdad externa predefinida. En cambio, Nietzsche enfatizaba la importancia de la autodeterminación y la creación de valores propios, incluso en un mundo donde no hay verdades absolutas que puedan aplicarse universalmente.
Además, por supuesto, Luc Ferry, en su obra, aporta un enfoque contemporáneo sobre la libertad, destacando la interconexión entre la libertad individual y la responsabilidad social. Según Ferry, la búsqueda de una vida exitosa implica reconocer nuestras responsabilidades hacia los demás y hacia la sociedad en general, al mismo tiempo que nos desafía a vivir de manera auténtica y significativa. Por último, te invito a reflexionar sobre cómo podemos vivir de manera más auténtica y significativa, honrando nuestra libertad individual mientras reconocemos nuestras interconexiones con los demás y con el mundo que nos rodea.
Así, la relación entre “¿Qué es una vida exitosa?” y los conceptos de responsabilidad y libertad nos recuerda la necesidad de equilibrar nuestra autonomía individual con un sentido de responsabilidad compartida. Esto implica buscar una vida que no solo sea satisfactoria para nosotros mismos, sino que también contribuya positivamente al bienestar colectivo y al florecimiento de la comunidad en la que estamos insertos.
ELECCIONES
“Nuestras elecciones no solo reflejan nuestros valores, sino que también moldean quiénes nos convertimos. Cada decisión es una oportunidad para acercarnos o alejarnos de la vida que deseamos vivir.” (Marcello de Souza)
El culpable de tanta angustia. La relación entre “¿Qué es una vida exitosa?” y nuestras elecciones es fundamental para comprender la complejidad y la importancia de la búsqueda de la felicidad y el cumplimiento personal. De hecho, si entiendes la relación entre responsabilidad y libertad, eres capaz de entender por qué cada elección es angustiosa. No sé si te has dado cuenta de que en cada elección hay un factor de tiempo, y nada existe en el tiempo pasado, ni en el tiempo que está por venir. En otras palabras, solo es posible tomar una decisión bajo la certeza de que también podemos elegir solo una vez si hay una oportunidad de retroceder, ya que el tiempo ya ha pasado. Tal vez esta sea la principal razón por la que siempre preferimos evadir la realidad o, como dijo Dostoyevski, proclamando que “Somos así: soñamos con el vuelo, pero tememos a la altura”.
El hecho es que son nuestras elecciones las que no solo moldean el curso de nuestras vidas, sino también nuestra percepción del éxito y la felicidad. Una vida exitosa no está determinada solo por factores externos, como el estatus social o la acumulación de riqueza, sino por las elecciones que hacemos en el camino. Después de todo, siempre, absolutamente siempre estamos tomando decisiones. Puede que no te des cuenta, pero si estás leyendo este texto, tomaste una decisión para ello, ¿verdad? Nuestras elecciones reflejan nuestros valores, aspiraciones y prioridades, y tienen el poder de impactar no solo nuestra propia vida, sino también la vida de quienes nos rodean y incluso de la sociedad en su conjunto. Por lo tanto, es esencial que consideremos cuidadosamente las consecuencias de nuestras decisiones y busquemos alinear nuestras elecciones con nuestros valores más profundos y auténticos.
Desafiando las nociones convencionales de éxito y felicidad, te invito a reconsiderar tus prioridades y cuestionar las narrativas dominantes sobre lo que constituye una vida exitosa. Quiero subrayar la importancia de asumir la responsabilidad por nuestras elecciones y buscar una vida que sea verdaderamente significativa para nosotros mismos. En otras palabras, al relacionar “¿Qué es una vida exitosa?” con nuestras elecciones, nos recuerda la necesidad de cultivar un enfoque consciente y deliberado en nuestra búsqueda de la felicidad y la realización personal. Cada elección que hacemos es una oportunidad para acercarnos a una vida auténtica, significativa y alineada con nuestros valores más profundos.
“El camino hacia una vida alineada con los valores personales no es una línea recta, sino más bien un proceso continuo de autoconocimiento y crecimiento. Es en las vueltas y los cruces de caminos donde encontramos oportunidades para reconectarnos con lo que realmente importa.” (Marcello de Souza)
Finalmente, al final de esta primera parte,
Desde el principio de nuestro viaje, hemos explorado los diversos aspectos que componen la complejidad de la pregunta: “¿Qué es una vida exitosa?” Comenzamos con una breve provocación sobre lo que no es una vida exitosa. Luego comenzamos a cuestionar la noción convencional de éxito, reconociendo que no puede reducirse a simples logros externos o la acumulación de posesiones materiales. Al considerar los afectos humanos, entendemos que la verdadera riqueza de la vida radica en la capacidad de experimentar y expresar una amplia gama de emociones positivas, como el amor, la gratitud, la compasión y la alegría.
Estos afectos no solo enriquecen nuestras vidas individualmente, sino que también fortalecen nuestras relaciones interpersonales y nuestra conexión con el mundo que nos rodea. Profundizando en nuestra reflexión, nos sumergimos en la intersección de responsabilidad y libertad, reconociendo que estas son fundamentales para la realización de una vida exitosa. La responsabilidad nos desafía a tomar el control de nuestras elecciones y acciones, mientras que la libertad nos permite forjar nuestro propio camino hacia una existencia auténtica y significativa. Y luego, llegamos a las elecciones, esos momentos cruciales que dan forma al curso de nuestras vidas.
Cada elección refleja nuestros valores más profundos y tiene el poder de impactar no solo en nuestro propio bienestar, sino también en el de quienes nos rodean y en la sociedad en general. A medida que reflexionamos sobre todo lo que hemos discutido hasta ahora, se nos insta a considerar la importancia de cada momento, cada emoción, cada elección. Porque es a través de estos elementos que construimos el mayor significado de nuestra existencia, damos forma a nuestro propio destino y buscamos encontrar significado y propósito en medio de la complejidad de la vida.
Que podamos continuar este viaje de reflexión y descubrimiento, buscando una comprensión más profunda de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Que podamos encontrar la sabiduría para tomar decisiones que nos lleven hacia una vida verdaderamente plena y significativa. Que estas reflexiones nos inspiren a vivir con autenticidad, valentía y compasión, siempre en busca de la verdadera felicidad y realización personal. Finalmente, después de esta profunda reflexión sobre los elementos esenciales para una vida exitosa, te invito a unirte a nosotros en la segunda parte de este viaje de descubrimiento y autoconocimiento.
En la segunda parte, exploraremos aún más los valores humanos, enfrentaremos la angustia de vivir y concluiremos nuestra reflexión con ejercicios prácticos para estimular tu reflexión personal y promover una mayor comprensión de ti mismo y del mundo que te rodea. Prepárate para sumergirte aún más en los aspectos que dan forma a nuestra existencia y nos desafían a vivir de manera auténtica y significativa. Espero con interés continuar este viaje contigo. ¡Hasta pronto!
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OBRIGADO POR LEER Y VER A MARCELLO DE SOUZA EN OTRA PUBLICACIÓN EXCLUSIVA SOBRE EL COMPORTAMIENTO HUMANO
Hola, soy Marcello de Souza. Comencé mi carrera en 1997 como líder y gerente en una gran empresa del mercado de TI y Telecomunicaciones. Desde entonces, he participado en importantes proyectos de estructuración, implementación y optimización de redes de telecomunicaciones en Brasil. Inquieto y apasionado por la psicología del comportamiento y social. En 2008, decidí sumergirme en el universo de la mente humana.
Desde entonces, me he convertido en un profesional apasionado por descifrar los secretos del comportamiento humano y catalizar cambios positivos en individuos y organizaciones. Doctor en Psicología Social, con más de 25 años de experiencia en Desarrollo Cognitivo Conductual y Organizacional Humano. Con una carrera diversa, destaco mi papel como:
Master Sênior Coach & Trainer: Guiando a mis clientes en la búsqueda de metas y desarrollo personal y profesional, logrando resultados extraordinarios.
Chief Happiness Officer (CHO): Fomentando una cultura organizacional de felicidad y bienestar, impulsando la productividad y el compromiso de los empleados.
Especialista en Desarrollo del Lenguaje y Comportamiento: Mejorando las habilidades de comunicación y autoconciencia, capacitando a las personas para enfrentar desafíos con resiliencia.
Terapeuta Cognitivo Conductual: Utilizando la terapia cognitivo-conductual de vanguardia para ayudar a superar obstáculos y lograr una mente equilibrada.
Constelación Psíquica Sistémica Familiar & Organizacional: Basada en las leyes sistémicas y psíquicas del comportamiento que rigen nuestros afectos, esta práctica ofrece una visión profunda de las influencias ancestrales que moldean nuestro viaje.
Hipnoterapeuta: Basada en la interacción entre mente y metáforas, la Hipnoterapia ayuda a superar obstáculos, patrones no deseados y promueve el autodescubrimiento.
Conferencista, Profesor, Escritor e Investigador: Compartiendo conocimientos valiosos e ideas en eventos, entrenamientos y publicaciones para inspirar cambios positivos.
Consultor y Mentor: Aprovechando mi experiencia en liderazgo y gestión de proyectos para identificar oportunidades de crecimiento y proponer estrategias personalizadas.
Mi sólida formación académica incluye cuatro postgrados y un doctorado en Psicología Social, junto con certificaciones internacionales en Gestión, Liderazgo y Desarrollo Cognitivo Conductual. Mis contribuciones en el campo son ampliamente reconocidas en cientos de clases, sesiones de entrenamiento, conferencias y artículos publicados.
Coautor del libro “El Secreto del Coaching” y autor de “El Mapa No es el Territorio, el Territorio Eres Tú” y “La Sociedad de la Dieta” (el primero de una trilogía sobre el comportamiento humano en la contemporaneidad – 05/2024).
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